La sentencia desgrana con crudeza la crueldad, alevosía y ensañamiento mostrados por el británico el 18 de septiembre de 2003, y que culminó con el asesinato de la joven de Coín, de 17 años. King deberá indemnizar con 300.000 euros a la familia.

Así, por el asesinato a golpes y por estrangulamiento, recibe un castigo de 23 años; por la agresión sexual, otros 8, y 5 más por la detención ilegal. Sonia fue abordada por King tras despedirse de sus amigos a las puertas de su casa después de volver de las fiestas de Coín. Tras golpear a su víctima, la llevó en el maletero de su coche hasta un paraje solitario, donde abusó de ella, la torturó y mató. Un mes después, la declaración de su compañera sentimental llevó al arresto de King.

Y ahora el juicio Wanninkhof

El historial judicial de Tony King no empieza ni acaba con el proceso Carabantes. En 1986 fue condenado en el Reino Unido a diez años de cárcel por estrangular al menos a cinco mujeres hasta casi matarlas. La familia de Sonia reclamará la responsabilidad civil del Estado español por no detectar al criminal. Ahora le espera el segundo juicio por la muerte en 1999 de Rocío Wanninkhof. Las muestras de ADN recogidas en el escenario del crimen de Sonia le conectaron la muerte de la joven de Mijas. Al ser detenido en 2003, King se autoinculpó de ambas muertes.