El miedo a las enfermedades de transmisión sexual se está disipando y los hombres jóvenes vuelven a ser los que más se exponen a contraerlas. La sífilis, el VIH y la hepatitis han repuntado en Barcelona y en Catalunya en los últimos años, una tendencia que se está comprobando también en Europa.

Según datos provisionales de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB), en el último año se detectaron en Barcelona ciudad unos 300 casos de VIH, el virus del sida todavía latente. Se trata de, aproximadamente, el doble de enfermos declarados en 2004 (147 documentados).

Este incremento se atribuye al llamado "olvido generacional", lo que significa que los hombres jóvenes y homosexuales no han vivido la época en que el sida causó estragos y confían en los retrovirales descubiertos. Ahora se está produciendo, además, una "relajación" en el uso del preservativo, tal como indicaba Patricia Olaya, del Servei d’Epidemiologia de la ASPB. Esto sucede aquí y en el resto de Europa.

Cada año se registra una media de un centenar de casos de hepatitis A en la capital catalana. Pero el año pasado hubo un brote especialmente virulento y se tiene constancia de 191 afectados, de los cuales 181 eran hombres que mantuvieron relaciones sexuales con personas de su mismo sexo.

Por este motivo, se está llevando a cabo una campaña para que cerca de 10.000 hombres se inmunicen de la hepatitis A y B. La vacuna es gratuita y protege de por vida. En 2009, se suministró a más de 2.700 varones. Preocupa, asimismo, el incremento de la sífilis infecciosa en Barcelona y el resto de Catalunya. Si en décadas anteriores se había conseguido acotar su presencia, actualmente, la media de casos registrados alcanza los 130 al año.