Joan Manuel Serrat: "No existe la música generacional, eso es una fantasmada"

  • El cantautor publica esta semana un nuevo disco con poemas de Miguel Hernández, titulado 'Hijo de la luz y de la sombra'.
  • "No me importa cómo me recuerde la gente dentro de unos años, sólo me importa cómo me recuerden mis hijos", asegura el catalán.
  • Cree que es "penoso" que los políticos estén siempre "en campaña".
El cantautor Joan Manuel Serrat presenta nuevo trabajo.
El cantautor Joan Manuel Serrat presenta nuevo trabajo.
EFE
El cantautor Joan Manuel Serrat presenta nuevo trabajo.

Viernes, bien entrada la tarde, en un céntrico hotel madrileño. El ínclito asegura que no le importa estar contestando preguntas a pesar de la hora y de la intensa jornada que ha precedido al encuentro. Siempre hay cosas "más interesantes" que hacer que descansar, dice.

Porque Joan Manuel Serrat no para nunca de hacer cosas, y eso que lleva más de cuatro décadas paseando su peculiar timbre de voz por los escenarios. Su filosofía es la de "ganarle un día más" a la vida, la de seguir absorbiendo conocimiento y difundirlo a través "de las palabras". Como hizo el poeta Miguel Hernández, al que el artista catalán ha vuelto a homenajear en un disco, Hijo de la luz y de la sombra (Sony Music).

¿Por qué ha repetido con Miguel Hernández?

Por su vigencia. Si no fuera así, lo que escribió no tendría validez ni estímulo suficiente como para que se hablara hoy de ello. Los poemas de Hernández fueron escritos en unas circunstancias determinadas, pero han pervivido en el tiempo.

El álbum tiene trece temas, ¿algún favorito?

La verdad es que todos, se me rompería el corazón si tuviera que dejar alguno fuera…

¿Son canciones para todos los públicos? A priori, parecen tener un destinatario concreto, que sea capaz de comprender de qué hablan…

Pero eso pasa con todo, con la música, con la poesía, etc. Creo que la gente se emociona de igual modo con Quevedo o con García Montero; no creo que exista una poesía o una música generacional, eso es una fantasmada. Eso sí, cada generación hace su propia música, que después servirá o inspirará a los que vengan después.

Hay gente que aún no se atreve con la poesía…

Pues yo les recomiendo que lo hagan, que sean valientes y se atrevan. Si la entienden no será nunca culpa de ellos, sino del que escribe. La lectura, al fin y al cabo, es un hábito, pero tiene que ser un divertimento además de una mera instrucción.

¿Usted lee mucha?

Sí, pero también prosa y muchas cosas más.

Después de tanta entrevista, ¿no le da la sensación de que ya lo ha dicho todo sobre sí mismo?

Sí, y a veces digo demasiadas cosas (risas). Pero conversar no es nada malo, es algo que pone a prueba el pensamiento, sirve para expresarse. Aunque es verdad que hay entrevistas que son como interrogatorios, que quieren poner a prueba la habilidad y la astucia de uno, y entonces es cuando hay tensión…

¿Cómo va su salud?

Bien. Pero como diría aquel, sin entrar en detalles...

Cuando estuvo enfermo recibimos decenas de cartas de ánimo y apoyo para usted…  ¿sigue notando ese calor de la gente?

A vosotros os llegaron, pero a mi también. De hecho, me mandaron remedios caseros de todo tipo: líquidos, gaseosos, vegetales, animales (risas). Todo ese apoyo le sirvió más a mi familia que a mí. Al fin y al cabo, cada uno aguanta su vela y es consciente de que su vida está siempre en manos de otro, sea un cirujano o un técnico de lo que sea. Yo tenía claro que iba a salir, pero los demás son otra cosa. Todo aquello les animó mucho.

¿Cómo cree que le recordarán dentro de 100 años?

No me importa como me recuerde la gente, sólo me importa cómo me recuerden mis hijos. Yo creo en la temporalidad de las personas, aunque espero que algunas de mis obras pervivan más en el tiempo que yo.

Para entonces no habrá ni libros, ni cedés…

Pero habrá sucedáneos. De todas formas, el libro es reciente, no hace tanto tiempo que la gente se pasea con ellos debajo del brazo, ni que los autores son conocidos por su nombre completo. Escritores como Charles Dickens o Robert Louis Stevenson firmaban sólo con las iniciales, y cuando la gente leía sus libros leían algo de un tal R.L.S., sin más…

Hoy las nuevas tecnologías lo mueven todo.

Ya, pero se quedan obsoletas enseguida. Lo de verdad importa es la palabra, es lo que pervive sobre lo demás. Dicen que vivimos en una sociedad conceptual, pero es que las emociones son también importantes. La palabra es una destilación del pensamiento.

¿Cada vez le cuesta más subirse a un escenario? ¿O menos?

Si te refieres al físico, cada vez más. Pero emocionalmente, menos. Siempre creo que le he ganado un día a mi carrera y a mi vida.

¿Cómo será la puesta en escena de Hijo de la luz y de la sombra?

Tendrá un gran soporte escénico, una mezcla de texturas con el añadido de los soportes audiovisuales. En el disco han colaborado muchos amigos de forma desinteresada, "por el morro", y se trata de llevar todo eso al escenario.

Toca la pregunta política, ¿cómo ve la deriva del país de cara a las próximas generales?

Si aún queda mucho para eso…

Pero ya estamos en campaña.

Sí, la verdad es que desde que se celebran elecciones vivimos en campaña, y eso es penoso, no hay país que lo aguante. Tenemos que hacer entender a los políticos que tienen que cambiar las cosas, que si piensan que se gobierna mal o tienen la solución a lo que ocurre, que lo denuncien y no se acaben echando la culpa los unos a los otros, como siempre. Pero eso una fantasía…

BIO. Nació en 1943 en Barcelona; vivía en el barrio obrero de Poble Sec. Se sacó los títulos de tornero fresador y Perito Agrónomo. Su padre le regaló a los 17 años su primera guitarra. En 1965 grabó su primer disco. Fue uno de los pioneros de lo que se dio en llamar la Nova Cançó catalana. Ha publicado más de 50 trabajos discográficos.

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