Custo Barcelona, secretos de un veterano del mundo de la moda en Nueva York

  • Custo Barcelona presentó su nueva colección en la Semana de la Moda.
  • Hasta allí nos fuimos con el diseñador catalán para conocer de primera mano cómo se gestó 'Hairy Metal'.
Una modelo luce, durante la Semana de la Moda de Nueva York, una de las creaciones de la nueva colección de Custo Barcelona.
Una modelo luce, durante la Semana de la Moda de Nueva York, una de las creaciones de la nueva colección de Custo Barcelona.
Una modelo luce, durante la Semana de la Moda de Nueva York, una de las creaciones de la nueva colección de Custo Barcelona.

Ningún diseñador español ha pasado tantas veces por la Semana de la Moda de Nueva York como Custo, que cumple 14 años presentando allí sus creaciones. Ha sido un largo viaje desde sus comienzos, cuando en EE UU vendía sus diseños de puerta en puerta. En 1997 lo invitaron a la Spring/Summer Fashion Week, y desde entonces sus particulares camisetas han conquistado el mercado americano -han aparecido incluso en series como Friends-. Detrás de este gran éxito hay un hombre perfeccionista, y lo admite sin tapujos. Retrocedemos en el tiempo para asistir al proceso de creación de su nueva colección:

Dos meses antes

En los talleres Custo de Barcelona decide cuál va a ser el espíritu de la colección. "No basta con presentar 70 propuestas, tienen que ser un bloque estético", explica el diseñador. Este año, para la temporada otoño/invierno 2010, el título elegido es Hairy Metal, un epígrafe lleno de ironía que habla de prendas en las que el pelo es el protagonista, acompañadas de detalles de metal y aluminio. "Jamás he tocado un animalito", nos asegura. Esto le ha llevado a investigar un pelo sintético con apariencia y movimiento naturales y apto para lavadoras. También se decide la música para el desfile y el diseño de la pasarela. "Preferimos que sea neutra para que no compita con nuestro producto, que es gráficamente muy fuerte".

Dos semanas antes

La colección se guarda colgada en unas cajas que son armarios y se envían por avión. "Cuando llega a Nueva York hay que repasar la colección, porque el viaje la pone un poco fuera de forma". Entre tanto, en el showroom de Custo en Nueva York, donde también tiene las oficinas, se realiza el casting de las modelos, que se contratan directamente en EE UU. "Las elegimos en función de que se sientan cómodas y naturales llevando una propuesta gráfica y colorista".

Una semana antes

Tiene lugar el fitting: ajustar las piezas a cada modelo y realizar los retoques oportunos.

Dos días antes

Se hacen las pruebas de maquillaje.

Un día antes

Se toman las últimas decisiones. "Siempre le están dando vueltas y perfeccionando las cosas hasta la noche anterior".

El gran día

11.00 h. Showroom de Custo. Custo Dalmau recibe a los medios y nos desvela su secreto mejor guardado: la colección.

17.00 h. Bryant Park, backstage. Comienza el espectáculo. El diseñador tiene tres horas para desembarcar su equipo humano y material y preparar el desfile. Los burros se cargan de vestidos, abrigos y pantalones; cada modelo tiene su espacio asignado. Custo no da abasto para atender a la prensa. En su cuello, de una cadena de plata, cuelgan unas enigmáticas cruces. "Me las regalaron mis novias, deben de quererme mucho", nos confiesa, en un tono que no deja distinguir si es una broma. Su hija Carlota, lista para desfilar, nos resuelve la duda: "Siempre las lleva, son regalos de personas muy importantes para él". Carlota es una más entre las modelos. Ni más flaca ni más guapa ni menos profesional. A sus 18 años, asegura que en el futuro le gustaría seguir en este mundo, pero fuera de las pasarelas. Descarta el diseño.

19.30 h. Bryant Park, backstage. Toque de queda. Todos a sus puestos. La prensa busca su asiento asignado en las gradas, los fotógrafos sacan codos para hacer valer su plaza. Comienzan a llegar las celebrities: se arma un revuelo con la presencia de Connor Paolo, de Gossip Girl, muy propio. Entre el barullo se distingue a Boris Izaguirre y a la modelo Almudena Fernández.

20.30 h. Bryant Park, catwalk. Con media hora de retraso, comienza el desfile. La música suena a todo volumen, las luces ciegan a los espectadores. La primera modelo hace su aparición. Minifaldas extremas y botines acompañan al elemento estrella: el abrigo de pelo, incluso para ellos, que siguen vistiendo de traje. Dibujos inspirados en el tocador de la mujer. Todo va sobre ruedas, pero a veces no es así. "Una cremallera saltó en el momento de salir, pero estas cosas son imprevisibles; si es un problema grave que no se puede solucionar, apartas a la modelo", cuenta Custo. "Yo no tengo nunca nervios, porque tengo detrás un superequipo de profesionales; me pone nervioso algún imprevisto, como que una modelo llegue tarde".

21.00 h. Bryant Park, catwalk. El desfile ha sido un completo éxito. Las risas suenan entre los organizadores, la tensión acumulada se libera. "Cuando todo acaba se queda una sensación extraña. Te has pasado los últimos dos meses a golpe de adrenalina y te da una especie de bajón. Y para eso nos vamos de fiesta".

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