Haití comparte con República Dominicana la isla La Española, en el Caribe. Ocupa la tercera parte y tiene unos diez millones de habitantes, dos de los cuales viven en la urbe de Puerto Príncipe, la capital, que este martes se vió atizada por un devastador terremoto de 7 grados en la escala Richter que podría haber causado centenares de víctimas según los testigos. El azote de la naturaleza devasta a un país víctima de numerosos terremotos políticos en su historia reciente.

Por no hablar de su situación económica. La renta per capita en Haití es la más baja de todo el continente americano y ocupa el puesto número 150 de los 177 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU. La agricultura de subsitencia sigue siendo la actividad principal del país y el 70% de sus habitantes vive en la pobreza. No sirve de ayuda la orografía del país, muy montañosa y ya deforestada, ni el hecho de que la vanguardia del país prefiera el exilio, mayoritario a EE UU.

Ex colonia francesa, Haití blande con orgullo ser la primera república negra del mundo y el primer país caribeño en lograr la independencia. Pero su vida política reciente está muy lejos de haber sido tranquila.

Los regímenes despóticos de 'Papa Doc',  François Duvalier, primero en los años 60 y de su hijo Jean Claude a partir de los setenta, acabaron en un levantamiento popular en 1986 y con el Ejército al frente del país. En 1991 fue elegido presidente Jean Bertrand Aristide, que fue depuesto en 2004 tras una grave crisis que produjo violentos disturbios en las ciudades, que finalizaron con la entrada de los cascos azules de la ONU. Desde 2006, el presidente electo es René Préval.

El terremoto de 2010, el más grave ocurrido en el país desde hace 200 años, demuestra que los desastres naturales y las convulsiones políticas se empeñan en impedir a este país caribeño levantar cabeza.