La promesa incumplida de la Princesa nórdica que vino a España hace 750 años

  • Kristina de Noruega vino, aunque aquí no hay consenso historiográfico, para casarse con Alfonso X, pero acabó haciéndolo con su hermano.
  • A éste le prometió construir una capilla en honor de San Olav que nunca se hizo realidad y que ahora su fundación ayudará a construir.
  • La capilla se hará en Covarrubias, donde están los restos de la princesa.
Tumba de la princesa Kristina en el claustro de la Colegiata de San Cosme y San Damián, en Covarrubias.
Tumba de la princesa Kristina en el claustro de la Colegiata de San Cosme y San Damián, en  Covarrubias.
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Tumba de la princesa Kristina en el claustro de la Colegiata de San Cosme y San Damián, en Covarrubias.

Kristina de Noruega dejó su país hace siete siglos para, según algunos historiadores, casarse con Alfonso X el Sabio, pero acabó desposada con un hermano del Rey, a quien hizo prometer que construiría una capilla en honor de San Olav, deseo que nunca se cumplió y que una fundación hará ahora realidad.

El proyecto para la construcción de la capilla, que se levantará en el paraje del Valle de los Lobos, en Covarrubias (Burgos), ha unido a España y Noruega, que forman parte del Patronato de la Fundación Princesa Kristina.

Esta fundación cultural ha hecho suya la promesa e inicia ahora -cofinanciada con fondos de la UE, de la Junta de Castilla y León y empresas españolas y noruegas- la fase de construcción de la capilla, muy cerca de la Colegiata donde descansan los restos de Kristina.

La previsión es que las obras, que durarán un año y tendrán un coste aproximado de un millón de euros, comiencen el 1 de enero de 2010, según explica el presidente de la Fundación Princesa Kristina, Juan Miguel Antoñanzas, que acaba de ser nombrado para este cargo por el patronato de la institución.

La fundación se constituyó en 1992 por representantes de empresas españolas y noruegas y de la Embajada de Noruega para cuidar y mantener la escultura de la Princesa que la ciudad de Tonsberg donó a la Villa de Covarrubias, para mejorar las relaciones culturales entre ambos países y para hacer realidad la "promesa incumplida", según Antoñanzas.

Historia o leyenda

La historia sobre los motivos que trajeron a España a la princesa noruega, nacida en 1234, difiere según las fuentes historiográficas, pero sobre lo que no hay duda es de que la promesa se hizo y ha sido incumplida hasta el momento.

La "niña nórdica", como se refieren a ella en algunos documentos que narran el viaje desde Tonsberg hasta Valladolid, se casó en marzo de 1258 con Felipe de Castilla, hermano de Alfonso X el Sabio. Algunos historiadores aseguran que en realidad este último, "acongojado" por la esterilidad de su esposa doña Violeta, pidió al Rey de Noruega la mano de su hija Kristina.

Pero el destino de la Princesa era otro y cuando la hija del Rey Haakon Haakonson viajaba hacia Castilla para casarse con Alfonso, su esposa tuvo finalmente un hijo. El conflicto se resolvió desposando a Kristina con un hermano de Alfonso X, el infante don Felipe, abad de Valladolid y arzobispo electo de Sevilla.

"Quedaron así todos contentos, menos la novia, que murió al poco tiempo de melancolía, pensando en que era sólo princesa habiendo venido a ser reina de España", cuenta en su "Historia General de España" Modesto Lafuente, citando a otros autores como fuente.

"La fecundidad de Doña Violante, pues dio al rey nueve hijos, hizo infeliz a la desgraciada Kristina, verificándose que los placeres de unos suelen ser desventuras para otros", recuerda Ramón de Mesonero Romanos en su Seminario Pintoresco Español.

¿Enamorada de  Alfonso X?

La leyenda dice que la princesa nórdica estaba perdidamente enamorada de Alfonso X y no pudo sobreponerse al revés del destino. Pero Antoñanzas recuerda la historia real: Kristina vino a casarse con un hermano de Alfonso X y, aunque la leyenda es "preciosa, como todas", no puede "sostenerse a la luz de los datos históricos".

Entre estas fuentes está la saga islandesa del Rey Haakon, escrita en 1265 y donde se cuenta que Alfonso X pidió la mano de la doncella Kristina para uno de sus hermanos por intereses políticos.

El Rey de Noruega decidió dar una respuesta afirmativa "a condición de que ella escogiera entre los hermanos" del monarca español "al que más le agradara". Por primera vez en la historia, destaca Antoñanzas, una princesa pudo elegir a su marido entre los hermanos del Rey de Castilla.

Seis siglos de olvido

Tras su muerte, cuatro años después de llegar a Castilla, su cuerpo fue llevado a Covarrubias para darle sepultura en el claustro de la Colegiata. Allí yacía olvidada hasta que en 1958 y con motivo de unas obras en el claustro se retiró la cubierta de un sepulcro y quedó al descubierto una urna de madera en la que se hallaba el cuerpo momificado, casi en su totalidad, de Kristina.

Las autoridades noruegas pidieron las comprobaciones pertinentes para asegurarse de que eran los restos de la Princesa y, tras el examen médico-forense que lo confirmó, se organizó, en abril de 1958, un acto de reconocimiento a la "niña nórdica" al que asistieron diversas personalidades noruegas y españolas.

La "Princesa del amor" descansa desde entonces en su tumba de Covarrubias, cubierta por la bandera de su país y rodeada de cuentos y leyendas, como la que asegura que las jóvenes que toquen la campana de barco que hay junto a su sepulcro encontrarán esposo en el plazo de un año.

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