La reparación de la grieta del castillo de Santa Bárbara se inicia ahora después de varios meses de trabajos para afianzar la base de los terrenos que hay justo debajo. En los últimos días, los técnicos encargados de estos trabajos han vigilado con cámaras las 24 horas cualquier movimiento de la muralla, para evitar desprendimientos.
Por suerte, no se ha apreciado ningún desplazamiento «desde que hace 15 días se terminó el micropilotaje (monitores) especial para asegurar el terreno donde se asienta ese elemento defensivo», según explicó el gerente del Patronato de Vivienda, Gaspar Mayor.
Los coordinadores de estos trabajos, la dirección facultativa y la empresa dieron por concluida esta fase previa y necesaria de «estabilización» de la zona y decidieron que se empiece la rehabilitación propiamente dicha, una especie de cosido con hormigón y acero dentro de las piedras.
Ahora, los expertos estudian qué tipo de medidas adoptan para proteger las dos viviendas afectadas este verano cuando se produjeron desprendimientos al abrirse la muralla, lo que causó alarma en todo el barrio de Santa Cruz.
Precisamente más abajo de los pies de la fortaleza, donde está previsto un aparcamiento, sí existen problemas por la inestabilidad del terreno, que es «relleno» y donde es complicada la cimentación, según Mayor. El patronato advertirá de estas limitaciones a la Generalitat.
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