La obesidad infantil va a más en España. Por eso, la futura Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición dedica mucha atención a este tema. Entre las prohibiciones incluye "la venta de alimentos con un alto contenido en ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans, sal y azúcares sencillos, ya sea mediante máquinas expendedoras o en cantinas, bares o locales similares situados en el interior de los centros escolares". Es decir: se acabó la bollería en colegios e institutos.

Así lo recoge la cuarta versión del borrador de una normativa que aún está en fase de elaboración aunque ya se presentó el 2 de octubre al Consejo de Ministros.

El texto aún sufrirá modificaciones y aportaciones de los agentes implicados antes de su tramitación parlamentaria, que se producirá la próxima primavera, según el calendario que maneja Sanidad.

Desde el año 2005 existe un compromiso de autorregulación del sector de las máquinas expendedoras para reducir la presencia de estos productos en los colegios, lo que ha supuesto la práctica desaparición de los refrescos, pero no de la bollería. Aquel acuerdo, enmarcado en la llamada Estrategia NAOS por una nutrición sana promovida por el Ministerio, ya recogía muchas de las cuestiones que ahora serán obligatorias.

La medida también ha sido defendida por la Comisión Europea, cuya portavoz de Agricultura aseguró hace menos de dos meses que se "deberían quitar las expendedoras de refrescos de todas las escuelas de la UE y como alternativa vender leche".

Empezar por las familias

Uno de cada cinco niños españoles de entre 3 y 12 años sufre obesidad o sobrepeso, según el último informe de la Fundación Thao. Incluso entre los más pequeños, entre 3 y 5 años, hay un 7% de casos de obesidad.

Por eso, Encarna Salvador, interlocutora de Ceapa (Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos) con el Gobierno en la elaboración del documento, defiende lo oportuno de la norma, pero reclama que en los comedores escolares se obligue a que haya un nutricionista, bien con una norma nacional o con un acuerdo de todas las comunidades autónomas. Pero también asume que hay que "empezar por las familias a cambiar los hábitos" para una mejor nutrición.

También para los adultos

Este borrador también recoge medidas que incidirán sobre la alimentación de los adultos. Pone un límite de dos gramos de ácidos grasos trans por cada 100 de aceite o materia grasa. Pero, sobre todo, se centra en la publicidad: prohíbe que se hable de propiedades curativas, los testimonios de famosos o personal sanitario, el uso del término "natural", etc.

El texto del anteproyecto

Artículo 37. 5

"Los actos y cláusulas que constituyan o causen discriminación por razón de sobrepeso u obesidad se considerarán nulos y sin efecto". Todo el artículo 37 trata sobre discriminación y prohíbe así la pretensión de algunas aerolíneas de cobrar dos billetes a las personas obesas.

Artículo 41.4

"Los comedores de centros escolares y guarderías tendrán a disposición de los padres o tutores cartas de servicios. Las cartas indicarán de forma legible el menú que se ofrece a los escolares, así como las calorías y nutrientes principales de las comidas y bebidas, incluyendo aquellos ingredientes que puedan provocar alergias alimentarias. En todo caso, se garantizarán menús alternativos".

Artículo 47.2

"Quedan prohibidas las comunicaciones comerciales electrónicas" en la publicidad de "alimentos dirigida a la infancia y la juventud".

Artículo 47.4

"Se prohíbe la entrega de premios, obsequios, bonificaciones o similares como métodos vinculados a la promoción o venta de alimentos".

Artículo 47.5

"Los centros escolares serán espacios protegidos de la publicidad". Sólo se permitirán las campañas nutricionales que "hayan sido previamente supervisadas y autorizadas por las autoridades".