Para desarrollar su labor, contarán con la última tecnología y con un espacio artístico a la altura de grandes auditorios europeos. Además, su creador, Santiago Calatrava, no ha escatimado en el diseño y los elementos arquitectónicos: escaleras, terrazas, restaurante, cafeterías, ascensores panorámicos, espacios acristalados...

En cuanto a las zonas para conciertos, el Palau de les Arts Reina Sofía tiene cuatro grandes salas para ópera, danza, teatro y música, y ocupa una superficie de 37.000 metros cuadrados (el equivalente a más de cuatro campos de fútbol). Su altura tampoco se queda a la zaga, tiene 70 metros (como una finca de unos 17 pisos). Así son las entrañas al edificio:

Sala principal

- Sillas con pantalla. Caben 1.700 espectadores. Está pensada para representaciones operísticas, aunque se puede adaptar para ballet.

Han instalado en las butacas unas pequeñas pantallas de texto que permiten seguir la representación en varios idiomas.

Sólo el escenario tiene más de 500 metros cuadrados. Además, hay un gran foso para las orquestas.

Aula magistral

- Pequeños conciertos. Caben 400 personas. Está concebida para actuaciones en directo de pequeños grupos, conferencias, ruedas de prensa...

Anfiteatro

- Audiovisual. Es casi tan grande como la sala principal, caben 1.500 espectadores, y está equipada con sistemas de audición y grandes pantallas audiovisuales.

Teatro de cámara

- Academia de talentos. Ésta será la sede de la futura academia de perfeccionamiento. Además, sirve como sala de exposiciones y de teatro experimental. Esta parte de la macroconstrucción mide 9.500 metros cuadrados.

¿Cuánto ha costado?

Es el secreto mejor guardado. El edificio tenía un presupuesto inicial (1996) de 83,6 millones de euros, pero durante los años de construcción se disparó hasta llegar a 194 millones en 2003. Más del doble, pero insuficiente, porque a 31 de diciembre de ese año ya se habían invertido 214 millones de euros (35.600 millones de pesetas). Es el último dato oficial conocido y queda por contabilizar lo gastado en los casi dos últimos años de obras.

Ver, oír y disfrutar

El Palau de les Arts es un icono para la ciudad por lo que albergará en su interior, pero también por su propia forma. No es un edificio sólo para melómanos, también se puede disfrutar de él paseando por sus 87.000 metros cuadrados de zonas verdes y caminos. Cuenta además con unos 10.000 metros cuadrados de láminas de agua, todo un lujo para los sentidos. El de la vista se puede cultivar incluso desde fuera del Palau. El edificio es impresionante y contemplarlo es un placer. Las vistas cortan la respiración tanto a pie de obra como desde las terrazas del restaurante (en la parte más alta del Palau) o desde las dos cafeterías.

Programan talleres musicales y visitas para los alumnos

Además de su vertiente artística, el Palau de les Arts tiene también una vocación didáctica. Según destacaron fuentes del propio auditorio, se van a concertar visitas escolares y también se pondrá en marcha un nuevo programa educativo dirigido a los más pequeños. La asignatura de música que se imparte en los colegios estará vinculada a estas sesiones explicativas y prácticas en el propio auditorio. Los futuros talleres, además de abordar la música, también versarán sobre ópera, ballet o cualquier otra disciplina relacionada con el arte.