La número uno del mundo no tiene reparo en comentar las partes de su cuerpo que le acomplejan. "Mis muslos... creo que son demasiado grandes", confiesa. "También mis brazos. Los veo demasiado musculados, demasiado gruesos".
"A veces, me miro al espejo y me digo: 'Me gustaría perder algo de muslo. Hoy tengo que hacer una hora de cardio, o lo que sea para reducirlos'. Intento no pensar en ello pero, en ocasiones, la inseguridad vuelve", afirma Serena Williams, quien reconoce el poco tiempo que dedica a la parte cardiovascular del entrenamiento, "todo lo contrario que mi hermana Venus".
Pero la tenista asegura que pese a los complejos, "las mujeres deben saber que está todo bien, que da igual el tamaño y que se puede ser bonita por dentro y por fuera".
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