Tras el alivio por el "sí" irlandés, la UE dirige su presión sobre la aún euroescéptica Praga

  • Tony Blair es el único candidato para ser el primer presidente de la UE.
  • Polonia y República Checa, los únicos que no han ratificado Lisboa.
  • El caso rumano está encauzado, y el verdadero escollo es el presidente checo, Vaclav Klaus, que es reticente a poner su firma al tratado.

Las instituciones europeas mostraron este sábado su satisfacción y alivio por el apoyo de los irlandeses al Tratado de Lisboa en un segundo referendo (el sí ha logrado el 67,1%), y dirigieron su presión sobre el euroescéptico presidente checo, Vaclav Klaus, para que permita la entrada en vigor del texto que aspira a reformar la Unión Europea.

"Somos una comunidad, una unión, no sólo uno o dos países, sino veintisiete países, además de las instituciones europeas, y hay un principio de buena fe en nuestro comportamiento", ha advertido Durao Barroso en rueda de prensa después de que el Gobierno irlandés anunciara la victoria del "sí".

En opinión del jefe del Ejecutivo comunitario, la ratificación final del Tratado es "una cuestión de respeto con las instituciones". Barroso ha expresado su esperanza de que, "ahora que todos los estados miembros han aprobado democráticamente el Tratado", se completen "lo antes posible" los procedimientos necesarios en Polonia y la República Checa para que pueda entrar en vigor.

Tras el refrendo popular, Europa podría tener completada la ratificación del nuevo tratado en un par de semanas, lo que eleva a 25, de un total de 27, el número de estados que habrán finalizado los trámites antes de la cumbre de jefes de Estado o gobierno europeos prevista para finales de octubre en Bruselas.

Por lo que respecta al estado número 26, Polonia, el presidente de turno de la UE, el primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, recordó que su presidente, Lech Kaczynski, se ha comprometido a terminar la ratificación de su país en breve, una vez conocido el resultado positivo del referéndum en Irlanda.

Todo depende de Vaclav Klaus

En cuanto al estado vigésimo séptimo, la República Checa, el primer ministro sueco confió en que la respuesta del Tribunal Constitucional checo pueda conocerse en "dos o tres semanas". En ese plazo el alto tribunal debería decidir si acepta el nuevo recurso planteado por un grupo de senadores conservadores, del partido de Klaus, sobre la compatibilidad del tratado con la Constitución checa, cuestión ya resuelta anteriormente.

"Tenemos que respetar los procedimientos constitucionales en la República Checa como hemos hecho en otros países", ha reconocido Barroso. Pero ha recalcado que el Parlamento, el Consejo y la Comisión "quieren que esté en marcha lo antes posible el Tratado de Lisboa".

Tras conocer el resultado del referendo irlandés, Klaus lamentó desde Praga que la consulta haya sido "la última oportunidad" para disentir del actual proceso de integración europea, ya que, en su opinión, no habrá más consultas ciudadanas, y declinó pronunciarse sobre cuándo firmará el documento comunitario.

Por su parte, el primer ministro del país, Jan Fischer, cree que su país completará la ratificación del Tratado de Lisboa antes de que acabe el año, una vez conocido el resultado positivo del referéndum en Irlanda, dijo un portavoz del Gobierno checo. "El primer ministro está convencido de que la ratificación será completada, de manera que el Tratado de Lisboa pueda entrar en vigor antes de que acabe 2009", señaló dicha fuente.

Tony Blair, único candidato

Despejada la incógnita irlandesa, los gobiernos europeos comenzarán a preparar la decisiva cumbre del 29 de octubre en la que deben decidir el camino a seguir para aplicar el nuevo tratado. Se da por descontado que, incluso si las últimas ratificaciones se producen con celeridad, la actual Comisión Europea deberá permanecer en funciones un tiempo más, tal vez hasta finales de año.

En ese tiempo se completaría el nuevo Ejecutivo, que volverá a presidir el conservador portugués Durao Barroso, y los Veintisiete deberán designar a un nuevo Alto representante para la política exterior y nombrar al primer presidente estable de la Unión.

Barroso rechazó "especular" con el nombre de la persona destinada a convertirse en presidente del Consejo Europeo. De momento, sólo hay una candidatura oficial para el puesto, la del ex primer ministro británico laborista Tony Blair.

El británico contaría con el apoyo del presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien a su vez podría haber convencido a la reticente canciller alemana, Angela Merkel, aunque medios alemanes citados por Times aseguran que no está claro que Merkel haya cambiado de opinión y que si París apoya a Blair es porque sabe que Berlín puede echar por tierra el nombramiento.

España, a pesar de que Blair está marcado por su presencia junto al portugués Barroso y el español José María Aznar en la foto de las Azores que simbolizó el apoyo a la guerra de Irak, no votaría en contra en aras del consenso si el candidato es apoyado por Francia y Alemania. Sarkozy habría propuesto también a Merkel en privado la candidatura del ex presidente del Gobierno español Felipe González, pero la canciller era reacia a dar su voto a un socialista.

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