Primeras cargas policiales contra manifestantes en la cumbre del G-20

  • Usaron gases lacrimógenos contra los activistas.
  • Medio millar de personas marcharon contra la globalización por las calles de Pittsburgh, donde se celebra el encuentro.
  • La ciudad está tomada por las fuerzas de seguridad.
La policía trata de dispersar a manifestantes que se dirigían al centro de convenciones donde se celebra la cumbre del G-20.
La policía trata de dispersar a manifestantes que se dirigían al centro de convenciones donde se celebra la cumbre del G-20.
Brian Blanco / EFE
La policía trata de dispersar a manifestantes que se dirigían al centro de convenciones donde se celebra la cumbre del G-20.

La Policía cargó este jueves con botes de gases lacrimógenos en un intento de dispersar al amplio grupo de activistas que se manifestaban por las calles de Pittsburgh (Pensilvania), donde se inició la tercera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del grupo G-20.

Unos 500 activistas, según la prensa local, iniciaron una marcha antiglobalización en el barrio de Lawrenceville, uno de los mayores de esta ciudad del estado de Pensilvania (EE UU), pero sólo pudieron recorrer unas calles antes de que la Policía les ordenara dispersarse.

Algunos de los jóvenes que encabezaban la protesta, y que tenían el rostro cubierto con pasamontañas oscuros, desafiaron las órdenes de las fuerzas de seguridad que, eventualmente, dispararon botes de gases contra ellos.

Los jóvenes, algunos de ellos procedentes del cercano campus universitario de Oakland, se reagruparon en otros puntos de la ciudad, antes de retomar su marcha, en la que portaban grandes carteles con lemas contra el capitalismo.

La Policía les bloqueó el paso en otros puntos, con mensajes difundidos por altavoz en inglés y en castellano, en los que se les recordaba que la protesta no contaba con la autorización pertinente y que, por tanto, era ilegal.

Ciudad blindada

Pittsburgh se encuentra prácticamente tomada por las fuerzas de seguridad ante la cumbre del G20, que ha traído a la ciudad a los jefes de Estado y de Gobierno de 19 países, así como a representantes de la Unión Europea.

A los cerca de mil policías de la ciudad se han sumado un batallón de combate de la Guardia Nacional recién llegado de Irak, así como 3.000 agentes adicionales de las fuerzas de seguridad estatales y nacionales.

Las autoridades han desplegado alrededor del centro de convenciones muros de hormigón y vallas metálicas, mientras que varios helicópteros militares sobrevuelan la zona para prevenir incidentes.

Disturbios en la cumbre

Este tipo de lamentables incidentes son habituales en estas cumbres donde suelen acudir miles de manifestantes antiglobalización de todos los lugares del mundo a protestar por los excesos del sistema capitalista.  Dichas propuestas han convertido la organización de dichas cumbres (ya sean del G-20 o del G-8) en un 'rompecabezas' en materia de seguridad para las ciudades anfitrionas.

Probablemente la primera vez que se percibió la gravedad de los disturbios en estas cumbres fue en 1999 (mismo año en que se celebró la primera cumbre del G-20) en la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Seattle (EE UU). Aquel 30 de noviembre entre 20.000 y 100.000 manifestantes (la guerra de cifras fue brutal) tomaron el centro de la ciudad y las fuerzas de seguridad intentaron retomar la zona de manera contundente. Aquello se convirtió en una auténtica batalla campal que duró varios días.

Desde entonces los incidentes con decenas de heridos y detenidos han sido habituales. En abril de este mismo año, en la cumbre del G-20 en Londres, un hombre que se vio inmerso en medio de los disturbios murió al ser golpeado por agentes antidisturbios.

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