La Plaza Elíptica se convirtió este lunes en una auténtica ratonera para los cientos de usuarios de Metro que, desorientados, trataban de sobrellevar el primer día laborable con cortes en la línea 6, entre las estaciones de Laguna y Legazpi. El servicio se reanudará el 26 de junio. 

Al tráfico habitual en la zona se sumó el Servicio Especial habilitado por la EMT, el despiste de los usuarios y la doble fila que ocasionan los papás del colegio San Viator, que a primera hora dejan a los niños en clase a bordo de su vehículo privado.

El resultado: un suspenso en toda regla para los organizadores."No entiendo por qué me insultan, estoy aquí para informar", contaba una empleada del suburbano que durante la hora punta (7-9.30 h) lidió con el enfado de los usuarios, que llegaban tarde a trabajar porque el servicio especial no daba abasto.

Y tanto. Según reconoce la propia EMT, a primera hora tuvieron que habilitar urgentemente "seis coches más, hasta 27 en total" y salvar la atestada calle de Marcelo Usera, clave en los retrasos.

"Está muy mal organizado"

"Es increíble este lío, está muy mal organizado", se lamentaba Alicia Daganzo, que no veía la hora de poder llegar a trabajar en Avenida de América. Aunque Karim Fahmi, de 28 años, se lo tomaba con más resignación: "Yo también voy a trabajar a avenida de América y... bueno, no creo que esté tan mal".

Pero su opinión no era la mayoritaria. "Sabíamos que lo iban a cortar, pero no pensamos que fuera a suponer este caos", decía Tania, que iba a Manuel Becerra.

La empresa Metro reconoció ayer cierta "confusión" que espera que esté solucionada en breve.

Paloma González, 33 años. "Me han hecho polvo". Esta limpiadora va a diario hasta Arganda, donde trabaja, y asegura que el corte "me ha hecho polvo porque hay muy mala combinación". Este lunes salió de casa con dos horas antes para poder llegar a tiempo.

Nelson Barrios, 27 años. "Nos ha pillado por casualidad". Vive en Estrecho, pero por casualidad tuvo que ir a Carabanchel con su esposa Raquel, embarazada de ocho meses. "No sé si podrá sentarse en el bus, va a tope".

Marjori Espín, 27 años. "He tardado 45 minutos". "Voy a Oporto cada vez que visito a mi sobrino", contó nada más bajar del autobús. El corte lo notó por la tardanza en llegar a su destino. "He tardado 45 minutos y suelo tardar 20".