El estigma del aborto comenzó a disiparse cuando el Gobierno despenalizó en 1985 la interrupción voluntaria del embarazo en el supuesto de violación, malformaciones en el feto y riesgo para la madre. La cifra anual de abortos registró un crecimiento sostenido desde entonces, pero la voz de alarma saltó tras el hallazgo de clínicas privadas que practicaban abortos sin límite de tiempo -sólo autorizado en caso de peligro para la salud de la madre- y aceleró un debate que se libraba en la calle e hibernaba en las instituciones.

El Gobierno creó en octubre de 2008 una subcomisión parlamentaria para estudiar la reforma y nombró un comité de expertos para asesorarle. Seis meses después de duros debates, el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto "más equilibrado posible" y "homologable a la legislación europea".

Sin embargo, el borrador ha indignado a los sectores más conservadores, creando incertidumbre entre colectivos progresistas, y ha roto la armonía en el PSOE.

Epígrafe polémico

El sumario contempla el aborto libre hasta la semana 14 y hasta la 22 en caso de riesgo para la salud de la madre o anomalías en el feto y la posibilidad de que las jóvenes de 16 años puedan interrumpir el embarazo sin el consentimiento de los padres.

La crítica entusiasmada de la Iglesia no defraudó y la Conferencia Episcopal acusó de "crimen" la reforma. El PP tachó la ley de "aberrante" y amenazó con acudir al Constitucional si el Ejecutivo da luz verde a la reforma.

Sin embargo, el enfado de sectores progresistas al punto que otorga autonomía a las menores ha encendido la polémica, a pesar de los esfuerzos del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por matizar que la "mayoría de edad sanitaria" se cumple a los 16 y que el objetivo de la medida es evitar la "interferencia paterna determinante".

UPyD censura la medida por "chapuza"; IU exige "mejorar los contenidos" de la reforma y los sondeos revelan que entre un 60% y 70% de los encuestados rechazan el aborto sin consentimiento paterno.

Además, las voces críticas en el seno socialista, como la del ministro de Educación, Ángel Gabilondo o José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, que desaconsejan el aborto sin la compañía de un adulto, han desacreditado aún más este punto del anteproyecto.

Sin embargo, expertos consultados creen que el Gobierno no modificará "una coma" del borrador, tal y como defendió la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, la semana pasada, aunque vaticinan que el epígrafe de la polémica podría ser "tumbado" por las enmiendas de los grupos cuando la ley llegue al Parlamento.

Por el momento, el Ejecutivo cruza los dedos a la espera del veredicto del Consejo General del Poder Judicial, que ha pedido una prórroga y no emitirá su informe hasta finales de julio. Todo apunta que hasta septiembre la ley no se someterá a debate.

LA OPINIÓN DE LOS CIUDADANOS

Rocío de Blas (profesora):
"Es necesario apoyar la ley con campañas de concienciación"

Apoya el aborto libre, pero cree que una persona con 16 años necesitará la intervención de psicólogos si decide interrumpir su embarazo, "para evitar traumas o secuelas".

Miguel, David y Javier (estudiantes):
"Habría que rebajar los condones"

Si los preservativos "buenos" fuesen baratos, "habría menos abortos". Una de sus amigas pensó que estaba embarazada y le entró un ataque de ansiedad al pensar en sus padres. "Con esta ley, podría abortar sin contarlo".

Manuel Martínez (militar):
"Lo que falta es civismo, no educación sexual"

Manuel cree que la nueva ley equipara el aborto con cualquier otro anticonceptivo, y que las interrupciones de embarazos aumentarán "descontroladamente".

Arturo Enríquez (parado):
"La ley progresa con la sociedad"

Cree que es la sociedad la que modifica las leyes y que la reforma era necesaria desde hacía años, aunque considera que deberá acompañarse de campañas de sensibilización y ayuda psicológica.

Clara y Marta
(estudiante y profesora):
"Resta poder a padres restrictivos"

Son madre e hija. Creen que lo mejor ante el aborto es la comunicación. Pero defienden la ley, porque creen que aporta autonomía a las adolescentes con padres muy autoritarios.

Cloti y Paquita (jubiladas):
"Si tienes edad para subirte a un hombre, la tienes para dar a luz"

Comparten opinión con la Conferencia Episcopal: "desde la fecundación hay vida". Y si el embarazo es por una violación, "se pide ayuda, pero se tiene".

Patricia, Esther y María (estudiantes): "No creemos que la ley disminuya el número de abortos"

Ellas abortarían, pero se lo contarían a sus padres. La ley no les parece mal, pero creen que no descenderán los abortos sin otras medidas de apoyo.

(Fotos: Jorge París)