Un año de cárcel para la alcaldesa de Hernani por pedir aplausos para etarras

  • La Audiencia Nacional la condena e inhabilita por exaltar el terrorismo.
  • Marian Beitialarrangoitia, de ANV, pidió un aplauso para los terroristas responsables del atentado contra la T4 de Barajas (Madrid).
La alcaldesa de Hernani, Marian Beitiallarrangoitia, llega al Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana. (EFE/Juan Herrero)
La alcaldesa de Hernani, Marian Beitiallarrangoitia, llega al Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana. (EFE/Juan Herrero)
La alcaldesa de Hernani, Marian Beitiallarrangoitia, llega al Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana. (EFE/Juan Herrero)

La alcaldesa de Hernani (Guipúzcoa), Marian Beitialarrangoitia (ANV), ha sido condenada a un año de cárcel y siete de inhabilitación por exaltar el terrorismo al haber pedido el 12 de enero de 2008 un aplauso para los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola, presuntos autores del atentado en la T-4 de Barajas.

En el juicio, la alcaldesa declaró que pidió ese "chaparrón de aplausos" para Portu y Sarasola en el acto de presentación de las candidaturas de Acción Nacionalista Vasca (ANV), en el polideportivo Anaitasuna de Pamplona (Navarra), como "una expresión puntual de cariño" ante los presuntos malos tratos que sufrieron en su detención.

Beitialarrangoitia no ingresará en prisión al ser la pena inferior a dos años de cárcel y tampoco quedará inhabilitada porque la sentencia todavía no es firme, ya que cabe recurso ante el Supremo.

El tribunal cree "indiscutible" que "tenía escrito el discurso que iba a pronunciar" y considera probado que con él ensalzó a los presos de ETA, lo que constituye un delito de enaltecimiento del terrorismo.

Absoluto respaldo

Con sus palabras, destaca la sentencia, "consiguió el absoluto respaldo a sus afirmaciones, concitando así el compartir la idea que le merecen a la acusada los presos de la organización terrorista ETA, cuyo abrazo y cariño transmitió".

"No se corresponde su actitud con la de alguien que quiere expresar un sentimiento de rechazo, indignación y tristeza", como defendió la alcaldesa en el juicio, insiste la Sala, que no percibe en ella "esa honda pena, rabia o contrariedad, sino al revés, se la ve pletórica, digamos que casi exultante, (...) por la favorable reacción que suscitaron sus palabras".

A juicio del tribunal, su discurso "vino a ser un auténtico espaldarazo a los que denominó 'presos políticos vascos'" y no fruto de "la aflicción que sentía por lo que a uno o a otro le podía haber pasado".

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