Carmen y Rodrigo se afanaban este domingo, poco antes de las diez de la mañana, en terminar de colocar el género de su coqueto puesto de ropa en el mercadillo de Hortaleza (Carretera de la Estación, al final del barrio de Pinar del Rey). El mismo al que acuden sin falta todos los domingos desde hace 17 años, aunque la populosa cita se remonta tres décadas atrás, cuando el rastrillo comenzó su andadura en la cercana calle Abizanda.

Por entonces, Juan era sólo un niño y ahora tiene más de 30 años: "Crecí entre los cajones de fruta apilados, cuando mi padre tenía el puesto en la otra calle", recuerda.

Sin destino definitivo

Ahora, ellos y los 130 puestos con los que comparten sus domingos, tendrán que irse. La construcción de una gasolinera en la parcela que ocupan amenaza con trasladarlos a la fuerza, aunque aún no saben dónde. "Puede ser a la calle Mojácar o a Sanchinarro", explicaban a 20 minutos agentes de la Policía Municipal mientras inspeccionaban este domingo el mercadillo. "Aunque no es seguro", afirman.

Pero vecinos y vendedores lo tienen muy claro: "Creemos que el Ayuntamiento ya ha vendido los terrenos", algo que para Jero (el dueño del puesto estrella) es una faena. "Voy a sentirlo", asegura, al tiempo que repite incansablemente: "Camisetas, a dos euros, pantalones a uno".

El problema es que nadie quiere irse y el vecindario reniega de una nueva gasolinera en la zona (la sexta en dos kilómetros). "Esta semana conoceremos el informe de impacto ambiental de la gasolinera", explican fuentes vecinales, que ya no confían en poder salvar su mercadillo.

EN PRIMERA PERSONA

Juan Rico Hernández. Vendedor, 51 años. "Adiós a clientes de siempre". Lleva toda su vida dedicado a la venta ambulante en Hortaleza, San Blas y Mejorada del Campo. Ahora lamenta que trasladen el mercadillo porque tendrá que "despedir a los clientes de siempre" y teme que el puesto nuevo no esté bien ubicado.

Manuel García. Electricista, 46 años. "Si pilla lejos dejaré de ir". Desde hace cuatro años no falta a su cita dominical con los puestos donde hace parte de su compra semanal. Tiene muy claro que seguirá yendo al mercadillo "si lo dejan cerca, pero si se lo llevan muy lejos tendré que dejar de ir", afirma.