Justo en el momento en el que se estrenaba la segunda película de los X-Men, Activision probó suerte con el personaje de Lobezno para realizar un videojuego. Sin embargo, aquel título, pese a que tenía en muchos momentos buenas intenciones, no consiguió su objetivo. Ahora, con el estreno de X-Men Orígenes: Lobezno, no podían dejar pasar la oportunidad de volver a intentarlo. Y, por suerte, la cosa ha salido bastante mejor.

Para empezar, desde aquel momento hasta el que nos encontramos ahora, han pasado cosas. Y han salido grandes juegos de los que tomar pretada su ensencia. Por ello, en este nuevo videojuego de Lobezno, encontramos una estructura y filosofía muy cercana a la de los God of War. Claro está, cambiando al famoso espartano por el mutante más carismático de todo el universo Marvel, lo cual da al producto, ya de por sí, un punto positivo.

Cuando uno juega a X-Men Orígenes: Lobezno, nota que se han tomado su tiempo en hacer un producto que no decepcione a los fans. Todo está mimado, cuidado, pulido... Evidentemente, la jugabilidad es sobresaliente. En todo momento te sitúas correctamente en la acción, y sabes cómo acabar con todos tus enemigos, así como utilizar las incontables formas de las que dispones para ello.

También queda perfectamente claro cómo utilizar los poderes especiales del mutante, cuando tiene la suficiente rabia almacenada en su interior, así como modificar al personaje con diferentes habilidades o mutógenos.

Respecto a los gráficos, que utilizan el último motor de Unreal (el mismo que Gears of War 2), el resultado es bastante decente. En algunos momentos, como es habitual, encontramos algún defecto en las secuencias animadas creadas con el propio motor del juego. Pero nada que haga que la experiencia sea mínimamente desagradable. En este aspecto, cabe destacar el gran trabajo que se ha realizado con los decorados de las misiones en África. Son realmente algo espectacular, sobre todo cuando nos encontramos con Lobezno en alturas muy elevadas.

En cuanto al argumento, como decimos, en muchos momentos difiere del de la película. Sí, en ella se puede ver a Lobezno en África, pero en el juego se descubre toda la misión al completo, desvelando importantes detalles, que nos llevarán en el futuro a descubrir los planes de Bolivar Trask para construir centinelas que acaben con todos los mutantes sobre la Tierra (un detalle muy friki, y que encantará a los fans de los cómics).

Además, la fórmula utilizada para contar la historia, con frecuentes saltos temporales entre el pasado y el futuro, algo parecido a lo que vemos en series como Perdidos o Héroes, ayuda a que mantengamos la atención durante todo el juego, por el qué va a pasar. Y esto ya es mucho para un juego del que se supone que deberíamos saber todo, por su vinculación con una película.

En el lado malo, lo de siempre. Es un juego en el que tendremos que matar y matar y matar a cientos de enemigos (hay un logro para los que consigan acabar con 2.000). Cuando no estemos matando, tendremos que empujar estructuras. Y cuando no empujemos estructuras, tendremos que volver a matar.
Tampoco es un juego corto. Por lo que puede hacerse algo monótono.

Los poderes curativos del personaje, además, le quitan un poco la sensación de riesgo a todo el asunto. Por lo que, en general, puede llegar a cansar en algunos momentos. Aunque, por suerte, cada poco tiempo encontremos un poco de sal con las animaciones, encontrando uniformes desbloqueables o consiguiendo nuevos logros (a cada cual más bestia).

Un título que contenta a fans y no fans, por su velocidad y su alto grado de violencia, algo no demasiado habitual en los videojuegos basados en franquicia. De hecho, en este apartado supera con creces en burradas a la propia película.

Esperemos que esta iniciativa continúe, y tengamos más juegos con Logan como protagonista, independientemente de que se haga una película al respecto. Porque ya que lo hemos probado, nos han quedado ganas de más.