El cesto de manzanas podridas: 230 policías y guardias civiles corruptos están en prisión

  • No se relacionan con los presos por su seguridad.
  • La mayoría fueron detenidos por drogas y extorsión.
Dos agentes sacan documentación incautada en la trama de los burdeles.
Dos agentes sacan documentación incautada en la trama de los burdeles.
EFE
Dos agentes sacan documentación incautada en la trama de los burdeles.

Son las manzanas podridas. Y en las últimas semanas han aparecido demasiadas en el cesto, protagonizando historias dignas del mejor cine negro, de mafiosos y el hampa. Como la del inspector de policía José Gómez, condenado el mes pasado a nueve años de prisión por cobrar un soborno de 600.000 € del mayor narcotraficante de Palma de Mallorca, Francisca Cortés Picazo, alias La Paca.

O como la historia del teniente coronel de la Guardia Civil Alfonso López Rubio, en libertad tras pagar una fianza también el mes pasado, acusado de integrar una red de diez agentes que robaba droga a narcotraficantes. O como la de los dos coroneles de la Benemérita Francisco Javier García Peña y Luis Cuadri Duque, máximos responsables de la Comandancia de Baleares, condenados recientemente a tres años de prisión por desviar fondos públicos para comprar muebles.

Son los últimos nombres de una lista que actualmente componen 230 policías y guardias civiles, preventivos o condenados, que han cruzado la línea de la ley y están ya entre rejas. Repartidos en tres cárceles, Alcalá Meco, Sevilla y Logroño, conviven en celdas de módulos separados del resto de internos por su seguridad.

La mayoría han ingresado en prisión por tráfico de drogas y extorsión, aunque también hay casos de violencia doméstica y robos. Y es que el narcotráfico es el principal caballo de Troya. "Nuestros sueldos no son altos", explican fuentes policiales, que no quieren dejar pasar por alto la oportunidad de resaltar el principal frente de batalla de policías y guardias con el Gobierno: un aumento de los salarios.

"Por eso a veces es fácil caer en la tentación cuando por tus manos pasan grandes cantidades de droga y dinero negro". A pesar de que la cifra es impactante, estos 230 sólo suponen el 0,1% de los 144.000 policías y guardias civiles que hay en España.

La droga de Andalucía

Muchas de las operaciones de Asuntos Internos se realizan en Andalucía, comunidad clave en la entrada de hachís y coca en España. Interior aún investiga quién robó 100 kilos de cocaína y heroína el pasado mes de mayo en las dependencias de la Jefatura de Policía de Sevilla.

La vida de los corruptos, como se llama a este grupo de internos, es bastante rutinaria en prisión. No pueden compartir las actividades lúdicas con el resto de reclusos. Reciben las visitas de familiares y psicólogos y sólo abandonan el módulo dos veces por semana para realizar actividades deportivas.

La integridad física de estos presos tan especiales es primordial. En la cárcel de Sevilla, por ejemplo, los corruptos recogen sus comidas directamente de la cocina porque se había detectado que el resto de reclusos escupían en sus platos, señalan fuentes penitenciarias.

La trama de los burdeles

Un juez de Barcelona ordenó ayer prisión incondicional para otro inspector de la Policía Nacional y prisión bajo fianza de 20.000 euros para dos abogados detenidos por su presunta vinculación en la trama de corrupción policial en prostíbulos de Barcelona. Son ya seis los agentes arrestados en esta operación.

En total hay 14 implicados. Entre los imputados figuran el ex jefe de un grupo de la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsificación (Ucrif), que se encuentra en prisión preventiva, y el actual inspector jefe de la unidad, quien eludió ingresar en la cárcel pagando una fianza de 2.500 euros. Están acusados de extorsionar a los dueños de burdeles de Barcelona para que no sufrieran redadas policiales.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento