Diamond Dogs, los Rolling Stones de culto, deslumbran y se reivindican en España

  • La banda sueca, en tela de juicio, ofreció un gran concierto en Madrid.
  • Presenta It's Most Likely, su último e inspirado disco en estudio. 
  • Concluyen en Castellón una amplia gira española por Love To Art.
Sulo, cantante de Diamond Dogs, en la sala El Sol. (SILVIA MANZANO)
Sulo, cantante de Diamond Dogs, en la sala El Sol. (SILVIA MANZANO)
SILVIA MANZANO
Sulo, cantante de Diamond Dogs, en la sala El Sol. (SILVIA MANZANO)

Existen casos en las que una corriente de opinión se instala, y uno se queda atónito, preguntándose el motivo. Después de discos arrebatadores como As Your Green Turns Brown o Too Much Is Always Better Than Not Enough, algunos se apresuraron a dar por muertos a los Diamond Dogs en estos últimos años de década. 

Craso error. Es cierto que el baile de componentes que ha sufrido esta banda desde su fundación, en el año 2000, ha sido frenético y ha podido desconcertar a alguno, y que parte de la garra y la frescura inicial se han perdido el camino, pero tiene poco sentido dudar de ellos a día de hoy.

Obras llenas de talento y sentimiento como Black River Road o Up The Rock nos devolvieron a una banda más contenida, menos rabiosa, pero igual de mágica y con un toque soul y glam que han conectado perfectamente con la esencia del grupo, sin perder un ápice de autenticidad.

En varias de las últimas giras los fans han podido presenciar el despampanante derroche que exhibe este grupo sobre un escenario, con Sulo liderando la función y con una riqueza de matices espectacular por parte del grupo, con guitarras abrasivas, batería y bajo rotundo  y un saxo y un teclado dotando de sabor y detalles a las composiciones.

La última visita que rindieron a nuestro país fue en el Azkena 2007, donde rayaron a un buen nivel, y existían ganas por ver a estos Rolling Stones de culto ametrallando de nuevo con sus himnos tabernarios de amor y desamor, de exaltaciones o lamentos varios.

Guiño a Rod Stewart

Pues bien, desde un trepidante inicio con Every Little Crack hasta una guinda reservada a la versión de Rod Stewart de Maggy May, siempre es bueno guiñar un ojo a tus raíces, Sulo y compañía pusieron patas arriba la madrileña sala El Sol.

Con un sonido impecable, como suele ser habitual en citado lugar, y con un entusiasmo que no decayó en ningún momento, el set list hizo justicia a todas las etapas del grupo, desde canciones primerizas como Anywhere Tonight o Bound To Ravage hasta temas de su flamante y último disco, el notable It's Most Likely, tales como Raise A Holler.

La actuación, que incluyó la interpretación de Somebody Else's Lord con Sulo entre el público y una versión de Like A Rolling Stone, no tuvo excesivos altibajos, fue potente de principio a fin. Sulo derrochó carisma, encontró química y complicidad con varios fans de las primeras filas y, de un repertorio bien elaborado, sobresalieron Sad To Say I'm Sorry y Bite Off, dos de sus canciones más memorables.

La banda, cuya gira ha organizado Love To Art, se despide de España hoy en Valladolid y mañana en Castellón. Nueva oportunidad para rendirse a una de las pocas formaciones de rock que hoy en día garantizan un buen nivel.

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