En vilo, casi sin información disponible y pendientes de una reunión que probablemente tampoco les saque de dudas. Así están los 7.500 trabajadores de la planta de Opel de Figueruelas después de los recortes anunciados en la madrugada de ayer en Estados Unidos y que, finalmente, no se concretaron de manera específica para Europa, y tampoco para la fábrica de Zaragoza.

La multinacional acumula un desfase de 1.200 millones de dólares que requerirá, según confirmó ayer el presidente de General Motors Europa, Carl-Peter Foster, "adoptar medidas dolorosas". Las primeras se conocieron ayer mismo en Washington, donde la empresa anunció que tendrá que llevar a cabo 47.000 despidos en todo el mundo, 20.000 de ellos en Estados Unidos.

Sin embargo, los detalles del plan están aún en el aire. El presidente del comité de empresa de Figueruelas, José Juan Arceiz, lamentó que no se haya concretado el plan de viabilidad de la multinacional, que plantea el cierre de fábricas en Estados Unidos y Europa. Las novedades se presentaron por videoconferencia a los representantes de las distintas plantas. "No nos han aclarado nada; ahora estamos más en vilo que antes", asegura Arceiz.

La reestructuración necesaria para reducir costes se deberá negociar a nivel local y regional. El presidente de GM, Rick Wagoner, aseguró que la reducción será global y «afectará a todas las regiones, por tanto a Europa también». El próximo martes hay convocada una nueva reunión en Alemania para analizar las afecciones directas a Europa.

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