La subida de las temperaturas también tiene su lado negativo: aumentan las alergias

  • La contaminación de las grandes ciudades agrava el problema.
  • Los bruscos cambios de temperatura de los últimos días, en gran parte de España, propician los resfriados.
  • Lo peor llegará entre abril y junio.

Después de pasar unos meses de invierno sin poder deshacernos de las bufandas y los gorros de lana, el frío nos da un respiro y nos ofrece un pequeño anticipo de lo que será la primavera .

Poder disfrutar de los primeros días de sol después de un invierno que se nos está haciendo duro y largo (cosa que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) desmiente ya que califica, por ejemplo el mes de Enero, de "normal, próximo a frío, para el conjunto de España peninsular y Baleares") tiene una contrapartida: el aumento de los catarros y las alergias debido al contraste de las temperaturas y el comienzo de la floración de algunas plantas. Y es que no es fácil pasar de los 6,5 grados de máxima que, por ejemplo, tuvo la zona del Retiro de Madrid, el 7 de febrero (con mínimas de cero grados), a los 15,6 que alcanzó el mercurio en esa misma zona justo una semana después. Gran parte de España se ha encontrado con contrastes térmicos parecidos.

Una primavera complicada

Este año, después de un invierno lluvioso, los especialistas prevén una primavera complicada para los alérgicos. Los primeros en sufrirla serán los alérgicos a las cupresáceas (cipreses y arizónicas), pero después será el turno del árbol de plátano, un planta muy frecuente en las avenidas de toda España, que poliniza en marzo y abril; las gramíneas (muy frecuente en el centro peninsular) que poliniza en mayo y junio y el olivo (entre abril y junio).

Hay que acudir al especialista cuanto antes para recibir tratamiento

"A finales de enero y durante la segunda semana de febrero ya hemos tenido un pico de polinización de arizónicas", explica Ana Pérez Montero, jefa de alergología del Hospital Quirón de Madrid. Ese aumento de la concentración de polen, que se produce en cuanto cesan las lluvias y salen los primeros rayos de sol, se traduce en la agudización de los síntomas de las alergias, especialmente de las rinitis.

Así el lagrimeo, la congestión nasal, los estornudos y el picor de ojos se convierten en la pesadilla diaria de miles de alérgicos, especialmente de aquellos que viven en ciudades, porque, aunque parezca una paradoja, en las ciudades, a pesar de haber menos plantas, se sufren más las alergias. La doctora Pérez Montero ofrece una explicación a este fenómeno: "es debido a la contaminación, sobre todo a las partículas de diésel que acaban rodeando al polen, por eso hay mucha gente que, a pesar de ser alérgica, está mucho mejor en el campo".

Según la Sociedad Española de Alergología, el 82% de los alérgicos procede de entornos urbanos.

Debido a la contaminación, muchos alérgicos están mejor en el campo

Para prevenir el agravamiento de las alergias, además de las vacunas "que es lo realmente efectivo", Pérez Montero recomienda "acudir al especialista cuanto antes". "Hay mucha gente que acude muy tarde al médico y espera a abril o mayo para recibir un tratamiento", explica. Ese retraso en afrontar el problema hace que, por el momento, no haya habido un aumento considerable de las consultas. El tratamiento suele consistir en el uso de antihistamínicos o corticoides inhalados.

Además, unas sencillas recomendaciones pueden ayudar al enfermo a evitar malos tragos. "Nosotros recomendamos no salir a primera hora de la mañana de 5 a 10, cuando la concentración de polen es mayor, ni a última hora de la tarde. También protegerse con gafas de sol durante los paseos por los parques y si es una época de mucho polen, no salir al parque", dice Pérez Montero.

Viajar con las ventanillas del coche cerradas, evitar cortar el césped, mantener las ventanas de casa cerradas por la noche y no secar la ropa en el exterior durante los días de mayor concentración de polen son otras de las recomendaciones que ofrece la Sociedad Española de Alergología.

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