La nueva vida de Nina Zivanevskaya

  • La española de origen ruso da clases de natación.
  • Su marido dice que "trabaja más que antes".
  • Palmarés envidiable: Ha sido doble medallista olímpica.
Nina Zivanevskaya, con algunos de sus alumnos del C. N. Torremolinos. (MARTÍN MESA)
Nina Zivanevskaya, con algunos de sus alumnos del C. N. Torremolinos. (MARTÍN MESA)
MARTÍN MESA
Nina Zivanevskaya, con algunos de sus alumnos del C. N. Torremolinos. (MARTÍN MESA)

Los pasados Juegos Olímpicos de Pekín fueron los últimos para Nina Zivanevskaya. Con 31 años, la nadadora española de origen ruso -se nacionalizó en 1999- decidió colgar el bañador para empezar una nueva vida. O mejor dicho, "una vida diferente". Junto a su marido y ya ex entrenador, Francis Medina, y su hija de tres años (Nina), la medallista olímpica se siente feliz en Torremolinos (Málaga), donde lleva una vida ordenada a la par que ajetreada.

Hoy en día, muchos chicos no salen de casa y están siempre jugando a la maquinita
"Estoy muy ocupada
. Doy clases de natación a niños desde los cuatros años y trabajo de ocho a tres en el Patronato y de cinco a siete en el club. Llego a casa reventada", cuenta Nina, quien añade que "siempre dejo las cosas de la casa para el fin de semana".

Pese a su exigente jornada laboral -"a las nueve y media de la noche ya nos acostamos", confiesa Francis- a la moscovita se le nota entusiasmada con lo que hace: "Intentamos que los niños se diviertan nadando y que hagan deporte a la vez. Hoy en día, muchos chicos no salen de casa y están siempre jugando a la maquinita".

Francis, su gran apoyo

El gran apoyo de Nina es su marido, quien trabaja con ella en el Club Natación Torremolinos. Francis no duda en destacar que «trabaja más ahora que cuando competía" y resalta el valor de su trabajo: "Ella se mete en el agua con los niños y está muy atenta a ellos. Los padres saben que a sus hijos no les está dando clases cualquiera y eso lo valoran mucho".

Exigimos que nuestros alumnos saquen un notable para poder competir

Pero con todas las horas que pasa en la piscina, Nina siempre saca un hueco para observar a su pequeña, que lleva en el agua "desde que tenía un año".

"Nuestra hija Nina disfruta mucho en la piscina. Le encanta tirarse desde el podio, pero todavía está en edad de jugar", dice Francis, que desvela que en el C. N. Torremolinos "exigimos que nuestros alumnos saquen un notable para poder competir".

Doble medallista olímpica

El palmarés de Nina es envidiable. Fue bronce en los 4x100 estilos en los Juegos de Barcelona (1992) y en los 100 m espalda en Sidney (2000).

En los Campeonatos de Europa ha ganado cuatro medallas de oro (2000 y 2002), cinco de plata (1999, 2002 y 2004) y dos de bronce (2004 y 2008) con España; y dos medallas de plata (1993) y tres de bronce (1993 y 1995) con Rusia.

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