Giso tiene tres años y es una niña "sana y bien nutrida", cuenta su madre, E. R., que en la madrugada del sábado 18 de octubre se llevó uno de los mayores sustos de su vida.

Su hija comenzó a vomitar sin razón aparente alrededor de la una de la madrugada. Todos sus esfuerzos por lograr asistencia médica para su hija resultaron inútiles.

El 112 (emergencias Madrid) se negó hasta en tres ocasiones a enviar una ambulancia a su domicilio "porque estamos cerca", dice la madre.

Angustiada por la salud de la pequeña, (que llegó a vomitar hasta en 15 ocasiones en casa y una más en el hospital), y después de que el facultativo del 112 le dijera que la ambulancia "no estaba justificada" y "me hablaba de mis deberes y obligaciones", E. R. cogió a su hija e intentó localizar un taxi en pleno centro de Madrid un sábado de madrugada.

Su marido trabaja de noche y él tenía el coche familiar.

Cuando logró arribar al hospital Clínico, hacia las tres de la mañana, la pequeña "entró vomitando sangre". Tras las primeras pruebas, el equipo médico que atendió a la niña consideró oportuno que ésta se quedara ingresada.

Nada más recibir el alta, E. R. cursó una denuncia ante la Comunidad de Madrid . Allí le dijeron que en el plazo de 48 días recibiría una respuesta. La Consejería de Sanidad respondió el 5 de noviembre derivando el asunto a la gerencia del Summa 112, que no ha querido hacer declaraciones.

Según fuentes del Summa 112 aseguran "que la madre fue atendida las tres veces que llamó y que desde la primera ya se le aconsejó que acudiera a un hospital", ya que la dolencia que presentaba su hija no exigía el desplazamiento de una UVI y que ella misma podía trasladar a la pequeña.