A pesar de que numerosas firmas de moda recomiendan para este invierno una severidad de institutriz caracterizada por tonos oscuros, mangas cubiertas y férreas abotonaduras, sólo Renee Zellweger cayó seducida por sus postulados durante la última gala de los Globos de Oro .
El color más recurrente entre las actrices que se acercaron a recoger sus galardones o las que atravesaron la alfombra roja fue el negro. Éste cubrió piernas, hombros o espaldas de actrices como Angela Kinsey, Christina Hendricks, Hayden Panettiere, Tina Fey (Globo de oro a la mejor actriz en serie de televisión), Sally Hawkins (Mejor actriz en comedia o musical), Laura Dern (mejor actriz de serie o miniseria) o, incluso, la gran ganadora de la velada, Kate Winslet .
Frente a este grupo de elegantes y sobrias damas, un equipo capitaneado por Jennifer López -con un vertiginoso vestido dorado y gran escote trasero-, lucían brazos y piel, muchas de ellos con modelos strapless (sin tirantes), como Eva Mendes o Miley Cyrus, que dejaron sin resuello los flashes de los fotógrafos que allí se agolpaban.
Brillaron, a su vez, en oro o plata, las actrices Penélope Cruz -que vuelve a casa con las manos vacías-, Laura Linney, Megan Fox -muy sexy- o Angelina Jolie, quien ya ha dejado su impronta en la moda hollywoodiense: Rachel Wood lució tatuaje en la nuca con la inscripción: "Todo lo que vemos o hemos visto is un pedazo de sueño dentro de otro sueño".
Lo acompañó con unas sandalias anudadas al tobillo.
En cuanto a los peinados, se impusieron, un año más, los moños en todas sus variantes acompañados, siempre, por un maquillaje natural. Este año se quedaron fuera las estridencias.
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