Con éstos, son ya setenta y siete las localidades de la provincia de Ciudad Real las que cuentan con este documento, lo que representa casi un 80% del total del territorio. Según expuso el director general, la necesidad de un conocimiento preciso de los recursos patrimoniales existentes en Castilla-La Mancha resulta primordial para establecer estrategias de diversa índole con respecto al Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha, para su gestión, conservación, puesta en valor y reversión social.

Por ello, se establecen como un recurso fundamental para la contribución al desarrollo de los distintos municipios un objetivo que deben tener en cuenta los Ayuntamiento para ejercer funciones de conservación y custodia de los elementos catalogados.

En concreto, estos documentos catalogan yacimientos arqueológicos y paleontológicos, arte rupestre, vías y caminos históricos, patrimonio etnográfico e industrial y ámbitos de protección y prevención arqueológica. En este caso, además, se mencionan otros elementos documentados como no inventariables, debido a su deterioro, como chozos, eras, mojones, pozos y norias.

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