Parece que algo tan común como que un invidente pasee con su perro guía no ha calado en la sociedad. O, al menos, en algunos locales. Una joven de Murcia, P. P.R., acudió la semana pasada con una amiga al restaurante Straperlo de Murcia. Iba con su perro guía y cuando se disponían a sentarse les dieron el alto.

«Me dijeron que no podía estar allí porque los perros no pueden entrar en los restaurantes. Yo les dije que era un perro guía y les enseñé el carné de la ONCE con su documentación, pero aún así la encargada del establecimiento no me escuchó. Se lo intenté explicar de nuevo, pero no me hizo caso», explica esta joven murciana.

«Al rato la mujer volvió y me aseguró que me podía quedar sólo si a los otros clientes no les importaba. Fue una situación muy violenta para mí. Me hizo sentirme el centro de atención. Además, me da igual lo que piense la gente porque por ley tengo derecho a entrar».

Al final, P. P. R. decidió quedarse en el restaurante y terminar la comida. Eso sí, puso una hoja de reclamaciones que después llevó a la Consejería de Consumo.

La llamada del dueño

El dueño del establecimiento se puso en contacto con la joven hace unos días. «Pensé que me llamaba para disculparse, pero lo único que hizo fue justificar a su empleada».

Por su parte, el dueño del local, Ignacio Cecilia, aseguró ayer que todo fue una confusión. «La encargada le negó en un principio la entrada porque no se dio cuenta de que era un perro guía. Cuando la chica lo explicó la acomodaron en su mesa».

Desde la ONCE aseguran que lo que le ha pasado a esta joven murciana no es algo extraño. «Ocurre a menudo. Sobre todo, en taxis, autobuses intermunicipales y en restaurantes chinos. En estos últimos no les dejan entrar porque tienen otras costumbres. En China comen perros», dijo José Pedro González.

Sanciones de hasta 12.000 euros

En la Región hay una ley que regula el acceso «a cualquier lugar, sin ninguna restricción» de los deficientes visuales graves acompañados de perro guía. Las multas por impedir la entrada a un local con un perro guía van de 3.000 a 12.000 €. En España hay cola para obtener uno de estos perros. «Yo tuve que viajar hasta Estados Unidos para conseguir a mi perra Heder. Estuve allí un mes hasta que nos entendimos», cuenta P.P.R, la joven a la que le impideron el paso a una pizzería de Murcia por ir con su perro guía.