El pederasta, que ha cumplido la última parte de su condena en un centro penitenciario de Madrid, ha seguido terapias psicológicas de modificación de la conducta durante su condena. Él mismo fue quien solicitó seguir un tratamiento durante su estancia en la cárcel de Castellón. Posteriormente participó en otro programa para el que tenía que trasladarse a una cárcel de Madrid.

Los padres de sus víctimas ya han sido avisados de su liberación, y ahora temen que las agresiones sexuales vuelvan a repetirse. Aunque sobre él pesa una orden de alejamiento sobre los niños que sufrieron el acoso, los padres creen que puede volver a repetirse. Incluso tiene prohibido pisar la provincia de Castellón en los próximos cinco años y la Audiencia Provincial de Castellón ha avisado una por una a todas las familias afectadas.

En el momento de su detención tenía en su poder material pornográfico referente a las agresiones, que distribuía en internet. Los agredidos eran niñas y niños que en el momento de los hechos contaban con edades comprendidas entre los cuatro y los 15 años de edad.

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