Según contó el denunciante, el día 5 de septiembre, cuando circulaba en un ciclomotor que utiliza para el reparto de pizzas por la calle Teniente General Gutierrez Mellado, cuatro personas encapuchadas que venían por la acera se abalanzaron sobre él, exigiéndole que les entregase el dinero, observando como uno de ellos llevaba en la mano derecha una pistola de color negro.

El joven dijo que le intimidaron y le obligaron a entregarles la recaudación que llevaba y que ascendía a un total de 85 euros.

El chico relató que los cuatro autores iban encapuchados con pasamontañas, excepto uno que llevaba un gorro de lana con dos agujeros, y que por esa razón no podía aportar descripción física de los mismos.

Los agentes comprobaron si ese día la víctima había requerido los servicios policiales para solicitar ayuda y localizar de inmediato a los autores.

Ante la sospecha de que pudiera tratarse de una simulación de delito, los policías volvieron a citar al denunciante que dió muchas excusas para no colaborar con la policía.

Finalmente, admitió que había falseado los hechos y que se había apropiado el mismo del dinero ya que lo necesitaba por estar pasando un mal momento económico.

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