Gadafi no recibe a Moratinos tras una espera de más de diez horas

Moratinos tenía previsto interesarse ante Gadafi por el caso de las enfermeras búlgaras condenadas a muerte. Gadafi rehusó recibirle porque tenía "una agenda muy apretada".
Moratinos en Portugal, el viernes
Moratinos en Portugal, el viernes
Moratinos en Portugal, el viernes

El ministro español de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, había trasladado este jueves a las autoridades libias una invitación para que ese país participe en la cumbre euromediterránea de Barcelona como socio de pleno derecho. Este mismo día volvió a Madrid sin ser recibido por Muamar el Gadafi tras casi 10 horas de espera.

El primer ministro libio, Shiukri Ghanem, se trasladó al hotel de la localidad costera de Sirte pasadas las 21.30 horas locales para informar a Moratinos de que Gadafi no podría recibirle hasta el día siguiente, pero el ministro español explicó que debía regresar esta noche a Madrid para participar en la reunión del Consejo de Ministros.

En declaraciones a los periodistas, el embajador libio en España argumentó que Muamar el Gadafi tenía "una agenda muy cargada" por varias reuniones con "autoridades africanas", pero estaba dispuesto a recibir el viernes al ministro español.

Entre otras cuestiones, Moratinos tenía previsto interesarse ante Gadafi por el caso de las enfermeras búlgaras y el médico palestino condenados a muerte en mayo de 2004 por haber supuestamente contagiado el sida a más de 400 niños en un hospital de Bengasi, uno de los asuntos que obstaculizan la normalización plena de las relaciones de Libia con la UE. El ministro iba a reafirmar la oferta europea de ayuda para mejorar la asistencia a los afectados por el contagio y a sus familias y recordó el rechazo de la UE a la pena de muerte.

La decisión definitiva del Tribunal Supremo libio sobre esta condena ha sido aplazada hasta mediados de noviembre y la resolución del caso influirá en una posible adhesión de Libia al proceso de diálogo euromediterráneo puesto en marcha en Barcelona hace 10 años, al que hasta ahora sólo asiste como país observador.

De todos modos, Gadafi habría de presentar una candidatura de ingreso y acatar el acervo de esta asociación, que incluye a Israel y Turquía junto a ocho países árabes.

El programa de la primera visita a Libia de un miembro del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se desarrolló íntegramente en Sirte y se limitó finalmente a una entrevista con el primer ministro, Shiukri Ghanem, centrada en las relaciones políticas y económicas bilaterales, a la que asistió el viceministro de Exteriores, Said Hafiana.

Moratinos y Ghanem mostraron una voluntad común de reforzar la cooperación frente al terrorismo y coincidieron en la necesidad urgente de desbloquear e impulsar el proceso de integración magrebí como mejor garantía para la prosperidad y la estabilidad de la región, tras la recientemente frustrada cumbre de la Unión del Magreb Arabe (UMA).

El ministro español propone que estos países estudien incluso la posible conveniencia de poner en marcha "un sistema de seguridad colectivo magrebí" que permita afrontar un proceso de modernización de las fuerzas militares de la región en el marco del diálogo euro-mediterráneo, en coordinación con la OTAN.

El jefe de la diplomacia española subrayó igualmente la necesidad de aprovechar las perspectivas positivas que presenta el mercado libio para fomentar las inversiones españolas y equilibrar la balanza comercial bilateral, actualmente muy desfavorable para España, con un déficit que sobrepasó los 1.680 millones de euros en 2003.

España desea compensar sus cuantiosas importaciones de productos petrolíferos libios, que superaron ese año los 1.740 millones de euros, con importantes proyectos empresariales adaptados a las necesidades de la economía libia, como la producción de energía eólica o la desalación del agua,  y está interesada en completar lo antes posible la negociación de un acuerdo para la protección recíproca de inversiones que permita diversificar la presencia de capital español en Libia, hasta ahora concentrada en su mayor parte en las actividades petrolíferas de Repsol.

El titular de Exteriores también reafirmó el interés de España en la firma de un nuevo convenio de cooperación cultural, educativa y científica, con un especial énfasis en la educación universitaria y la enseñanza del español.

En cuanto a la preocupación de Libia por su condición de país de tránsito de una creciente emigración ilegal de subsaharianos a Europa, el ministro apoyó el desarrollo de fórmulas de cooperación en el marco del grupo "5+5", en el que participan ambas naciones junto a Francia, Italia, Portugal y Malta, por parte europea, y Argelia, Marruecos, Mauritania y Túnez, por parte magrebí.

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