Las familias con rentas bajas ya no podrán llevar gratis a sus hijos a las guarderías públicas. En plena crisis económica, la Comunidad de Madrid ha decidido suprimir las plazas gratuitas en las escuelas infantiles. Los padres que antes no pagaban ni un euro por escolarizar a sus hijos ahora tendrán que gastar 45 euros mensuales por cada niño.

Hasta ahora se calculaba la cuota de forma proporcional a los ingresos. Las familias con una renta per cápita anual inferior a 3.652 euros no pagaban nada; entre 3.652 y 32.043 euros, pagaban de 0 a 121 euros (el 25% de la renta mensual); y los que cobraban más de 32.043 euros, tenían que desembolsar 343 al mes por cada hijo. A este dinero hay que añadir los 88 euros que cuesta ahora el comedor (el curso pasado eran 83).

El nuevo sistema de tarifas se ha simplificado, introduciendo tres tramos: 45 euros para las rentas inferiores o igual a a 5.885 euros; 90 para las superiores a 5.885 e inferiores a 7.840 euros; y 135 para las familias que superen una renta per cápita de 7.840 euros.

"Doblemente injusto" 

Este nuevo método es "doblemente injusto", según Lourdes Quero, de la Junta de Portavoces de escuelas infantiles, ya que, además de suprimir la gratuidad para los más necesitados, se ha elimininado el pago proporcional. Así, los que tienen menos dinero ahora pagarán más, mientras que las familias que tienen una renta elevada se ahorrarán dinero. "Han subido las cuotas para las rentas bajas y las han bajado para las altas", recuerda Quero.

Sin embargo, los centros alertan de que muchas familias con apuros económicos ya no podrán llevar a sus hijos a las escuelas infantiles. Es el caso de Enriqueta Herranz, que el curso pasado pagaba 19 euros al mes por llevar a su hija Sandra a la guardería, porque la matrícula era gratis y le daban una beca de comedor. Ahora tendrá que pagar 133 euros (siete veces más): 45 de escolarización y 88 de comedor. "Me estoy planteando si podré llevarla: no puedo pagar la guardería, pero no tengo otro sitio donde dejarla y necesito trabajar", dice preocupada. "Antes estaba atendida a un precio asequible. La gran perjudicada es mi hija, no piensan en los niños".