Monjas y sacerdotes católicos en Italia siguen a sus fieles a la playa este verano, tras montar una iglesia hinchable y un convento playero en la arena para atraer a los bañistas.
La iglesia hinchable mide 30 metros de largo y está asistida por sacerdotes listos para confesar a los fieles.
"Hay cuatro o cinco personas cantando, con música sobre Dios", afirma Chiara Facci, de la agrupación católica Sentinelli del Mattino. Las actividades nocturnas, que no incluyen misa, se realizan desde las 22.00 horas hasta la 1.00 de la madrugada.
El primer intento fue un fracaso
El primer intento por inaugurar la iglesia hinchable el pasado mes de mayo en la isla de Cerdeña falló después de que fuertes vientos obligaran a los organizadores a reubicar la iglesia, añade Facci.
Grandes ciudades como Roma y Milán se vacían en agosto, cuando los italianos se dirigen a la playa durante las vacaciones de verano, dejando las calles vacías y muchos negocios cerrados. Las iglesias no son inmunes al fenómeno, y también ven disminuir su congregación durante el verano.
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