Según informó hoy el Instituto Armado, el servicio de vigilancia de la central les alertó de que habían sufrido varios robos y organizaron un dispositivo de vigilancia que detectó un agujero en la verja exterior camuflado con vegetación y cerrado con alambres, y un claro donde, ocultos, había restos de plástico de la funda del plástico, comida, sillas, agua y herramientas.

Tras un operativo de vigilancia de varios días, los agentes volvieron a ser alertados por los vigilantes de Vandellòs II de que en sus inmediaciones había un coche Peugeot 406 con matrícula de Castellón, del que se habían apeado cuatro personas que se dirigían al bosque.

Seguimiento de los sospechosos

Los individuos recogieron las herramientas escondidas en el claro, entraron al recinto por al agujero, aunque tuvieron que recular puesto que advirtieron la presencia de guardias de seguridad del recinto. Volvieron a introducirse en un bosque cercano, desde donde supuestamente realizaron una llamada telefónica y el mismo turismo los recogió alejándose del lugar.

La Guardia Civil inició un seguimiento de los sospechosos, los alcanzó y detuvo interviniendo las herramientas, entre las que había un cúter para pelar cables, mazos, corta alambres, cizallas y tenazas, entre otras. Los cinco detenidos, todos de nacionalidad búlgara, pasaron a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 3 de Reus (Tarragona).

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