Antes de marcharse de viaje con su marido, la tertuliana, que estaba radiante, accedió a desvelar algunos detalles de su boda y de los primeros días de casada: "Estoy muy contenta, feliz", afirmó.

Además, comentó que la ceremonia nupcial había sido preciosa y que la resaca al día siguiente no había sido para tanto, ya que apenas bebió. Sin embargo, sí tenía ampollas en los pies de tanto bailar.

Poco después llegaba el momento más duro: el momento en el que debía despedirse de su hija Andreíta, que pasará unos días con su padre, el diestro Jesulín de Ubrique, mientras ella disfruta de su luna de miel.

En la estación, la pequeña no dejó de llorar mientras besaba a su madre y se agarraba a la mano de su abuela, Carmen.

Después de eso, la ex del torero torció el gesto y se dirigió más seria a los medios: "Dejadme tranquila, no me sigais ya".

Casi 500 invitados

El enlace de Belén contó con casi 500 invitados. Se celebró en el Palacio de Negralejo de Madrid.

Vestida con un precioso traje diseñado por ella misma y confeccionado por el Corte Inglés, explicó en un momento del banquete, en el jardín, que la boda había sido emotiva, especialmente en el momento en el que el sacerdote había recordado a su padre, fallecido hace unos años.

Luego presumió de marido y se metió para dentro.