Vestida de un precioso blanco nuclear, la novia radiante Belén Esteban entraba a la iglesia el viernes a las 20.30 para dar el "sí, quiero" a su novio y amigo de la infancia, Fran.

Acosada por los medios que se congregaron ante las puertas del coche, Belén gritaba: "Dejadme tranquila, por favor. Necesito sitio para poder pasar".

Las cámaras de Está pasando, el programa de tarde de Telecinco, siguieron a la ex novia de Jesulín de Ubrique y colaboradora de la cadena hasta el último momento.

Exclusiva en su programa

Tras meses de polémica y disgustos, la ex de Jesulín había confirmado un día antes ante los espectadores del Programa de Ana Rosa que ya tenía listo el vestido que luciría en el día más importante de su vida. Sin embargo, la madrileña no quiso facilitar ni un detalle del modelo que tantos quebraderos de cabeza le ha traído. Tras la negativa de Pronovias a confeccionárselo, el traje de la novia se convirtió en poco menos que en un asunto de Estado.

El viernes se supo por fin que había sido El Corte Inglés quien había ayudado a la despechada novia a cumplir su sueño de lucir un vestido palabra de honor estilo sirena -entalllado hasta la rodilla- ideado por ella misma y confeccionado por Antonio Pozuelo. Su precio rondaría los 18.00o euros.

El conjunto se completaba con velo de tul y encaje y una tiara de Swarovski sobre un recogido.

La ceremonia se celebró en una capilla dentro del Palacio de Negralejo, en Madrid, y ante más de 490 invitados, entre ellos muchos de sus compañeros de Telecinco, que el día anterior habían dedicado a la joven un especial con sus mejores momentos en el programa. Belén no pudo reprimir las lágrimas.

Poco antes su representante aseguraba a 20minutos que Belén no tenía intención de vender ninguna exclusiva de este día. Esteban ya había avisado de que la boda la pagaría ella íntegramente.

Su enlace compitió con el del vástago del cantante Raphael, Manuel Martos, y la hija del político José Bono, Amelia, que se casaron sólo media hora antes en la iglesia de San Juan Bautista de Toledo. Aunque la familia había pedido privacidad, a la ceremonia fueron invitadas 600 personas.

Mejor, por la Iglesia

Tanto el de Belén como el de Manuel y Amelia fueron enlaces religiosos. A pesar de que las estadísticas aseguran que en la última década el número de bodas civiles se ha disparado, los famosos prefieren pasar la vicaría.

Otros que se han apuntado en los últimos tiempos a las ceremonias "como Dios manda" son Carlos Felipe de Orleáns, Bosco Ussia, Paulina Rubio o, hace sólo unos días, la hija del guitarrista de los Rolling Stones, Leah Wood.

Incluso Kate Moss, que contraerá matrimonio próximamente con Jamie Hince, ha anunciado que quiere "una boda tradicional".

Las que optaron por lo civil, como Marta Sánchez o Shaila Durcal, no renunciaron ni a celebrarlo a lo grande ni a lucir un largo vestido blanco hasta los pies.