Por la mañana, Irene llegó a la guardería vestida con el uniforme obligatorio, calzada con unas bambas encarnadas muy modernas y aferrada a una muñeca. Su madre, la infanta Cristina , fue quien la acompañó hasta la puerta y la encargada de portar un enorme pastel que la niña luego compartiría con sus compañeros.
También fue su madre quien la fue a buscar a la salida. Doña Cristina no pudo evitar sonreír al ver a su hija con una gran corona en la cabeza en la habían escrito su edad.
Por su parte, Irene estuvo muy simpática y sonrió a la prensa antes de irse a su casa para disfrutar con sus hermanos en una fiesta íntima. A esta no acudieron, sin embargo, ni los Reyes ni los Príncipes de Asturias, a pesar de encontrarse en tierras catalanas.
Tampoco la infanta Elena , que prefirió asistir a la corrida de toros que tuvo lugar ese día en Madrid.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios