La semana pasada se anunciaba que Vivendi Games y Activision abandonaban su filiación con la ESA (Entertainment Software Association) (Asociación del Software de Entretenimiento). Dicha noticia deja en una posición aún más débil a la feria de videojuegos por excelencia. Y genera una duda más que razonable sobre la continuidad de la feria E3 de Los Angeles , después de que la asociación de desarrolladores y distribuidores norteamericana decidiera hacer una versión light del evento en su pasada edición.

El recorte del E3 fue provocado después de que varios de sus socios se quejasen del alto coste que suponía para sus cuentas asistir a ella (en algunos casos llegaba a los 70 millones de dólares).

Por otro lado, también se intentó rebajar el componente de espectáculo de la feria, en la que en muchas ocasiones resultaban más interesantes para los medios de comunicación las azafatas que los productos que ellas mismas presentaban. El resultado se saldó con un sonoro fracaso que generó el desinterés de los medios especializados hacia la que había sido una de las ferias más importantes del sector desde el año 1995.

Activision ha anunciado que realizará un evento independiente y paralelo al E3, en el que mostrará los nuevos productos de la compañía para la nueva temporada. Una técnica parece una tendencia general, ya que otras empresas, todavía vinculadas con la ESA, como Sony o Microsoft van a celebrar en las próximas semanas eventos internacionales en los que se enseñarán juegos como Resistance 2 o Gears of War 2.

Todo parece indicar que nos encontramos con un caso similar a lo ocurrido en 2004 con el ECTS (Entertainment Computer Trade Show) de Londres. Dicha feria, celebrada desde 1988, tuvo que poner punto y final debido a que perdieron el apoyo de las principales empresas del sector, que comenzaron a celebrar sus propios eventos paralelamente.