Al Pacino cumplió el pasado viernes, día 25, los 68 años. Considerado como uno de los mejores actores de la actualidad, aparece de nuevo en nuestros cines como protagonista absoluto del thriller con serial killer incluido 88 minutos, dirigido por Jon Avnet.
En la película interpreta a un prestigioso profesor universitario y psiquiatra forense que deberá descubrir al asesino que le ha amenazado de muerte. Su verdugo le ha concedido el corto plazo de tiempo que indica el título antes de eliminarle.
Una de las características más identificativas de este gran actor es su voz grave, y algunos de sus interpretaciones, sobre todo como detective o mafioso, se han convertido en míticas del séptimo arte.
Don Corleone
También el mismo final de otro de sus títulos míticos, El precio del poder, donde era otro capo pero del narcotráfico, Tony Montana, inspirado en la figura de Scarface. Y por supuesto ese encuentro en una cafetería entre Al Pacino y Robert De Niro (donde no llegaban a compartir un mismo plano juntos) en Heat, considerada una de las mejores películas de acción de los noventa.
No es nada personal
No pueden faltar las referencias nuevamente a El precio del poder con "Todo lo que tengo en este mundo es mi palabra y mis pelotas, y no las rompo por nadie, ¿entiendes?". O la interpretación en Esencia de mujer que le valió, por fin y después de ocho candidaturas, el Oscar. Aquí era un incorregible seductor afectado de ceguera: "En el tango uno no se equivoca. No es como en la vida. Si uno se equivoca o se enreda, sigue bailando".
El mismo Diablo
Faltarán títulos, pero podemos recordarle también por Melodía de seducción (1989), dejándose atrapar por la principal sospechosa de unos asesinatos (Ellen Barkin). Bajo kilos de maquillaje y como villano en Dick Tracy (1999). Un hampón de segunda fila en Donnie Brasco (1996) a a quien el personaje de Johnny Depp utilizaba para infiltrase y reunir pruebas contra un clan de mafiosos.
Pactar con el diablo (1997) lo convertía en el mismísimo Lucifer al frente de un bufete de abogados. En Insomnio (2002) perseguía a Robin Williams, posible autor de la muerte de una joven de 17 años. O en El mercader de Venecia (2004) cumplía su deseo de encarnar al vengativo Shylock de Shakespeare.
Entre sus próximos proyectos, Righteous Kill le volverá a unirle con Robert de Niro ante las cámaras, y con Jon Avnet detrás de ellas.
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