Al Pacino: 68 años y '88 minutos'

  • El carismático actor cumplió 68 el pasado viernes.
  • Protagoniza el thriller '88 minutos ', de estreno en los cines.
  • Recordamos algunas de sus escenas y frases más emblemáticas.
Al Pacino en una escena de '88 minutos'.
Al Pacino en una escena de '88 minutos'.
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Al Pacino en una escena de '88 minutos'.

Al Pacino cumplió el pasado viernes, día 25, los 68 años. Considerado como uno de los mejores actores de la actualidad, aparece de nuevo en nuestros cines como protagonista absoluto del thriller con serial killer incluido 88 minutos, dirigido por Jon Avnet.

En la película interpreta a un prestigioso profesor universitario y psiquiatra forense que deberá descubrir al asesino que le ha amenazado de muerte. Su verdugo le ha concedido el corto plazo de tiempo que indica el título antes de eliminarle.

Una de las características más identificativas de este gran actor es su voz grave, y algunos de sus interpretaciones, sobre todo como detective o mafioso, se han convertido en míticas del séptimo arte.

Don Corleone

El Padrino IIISe hace muy difícil elegir unas pocas escenas emblemáticas de su filmografía. Entre las incontestables está la final El Padrino. La primera parte sobre la saga de los Corleone se cierra con una puerta semiabierta y el relevo de poderes que ocurre allí dentro.

También el mismo final de otro de sus títulos míticos, El precio del poder, donde era otro capo pero del narcotráfico, Tony Montana, inspirado en la figura de Scarface. Y por supuesto ese encuentro en una cafetería entre Al Pacino y Robert De Niro (donde no llegaban a compartir un mismo plano juntos) en Heat, considerada una de las mejores películas de acción de los noventa.

No es nada personal

El precio del poderAlgunas de sus frases también son memorables. Célebres son "No es nada personal, es cuestión de negocios" (El Padrino) o "Mantén cerca tus amigos, pero más cerca a tus enemigos (El Padrino II ).

No pueden faltar las referencias nuevamente a El precio del poder con "Todo lo que tengo en este mundo es mi palabra y mis pelotas, y no las rompo por nadie, ¿entiendes?". O la interpretación en Esencia de mujer que le valió, por fin y después de ocho candidaturas, el Oscar. Aquí era un incorregible seductor afectado de ceguera: "En el tango uno no se equivoca. No es como en la vida. Si uno se equivoca o se enreda, sigue bailando".

El mismo Diablo

Una tarde de perrosA parte de Coppola en las dos entregas de El padrino, Sidney Lumet fue otro de los directores que supo extraer lo mejor de él durante los setenta, fuera como detective de Nueva York en Sérpico (1973) o primerizo ladrón en Una tarde de perros. En los años siguientes, Brian de Palma también le proporcionó dos excelentes películas, la citada El precio del poder (1983) y Atrapado por su pasado (1993).

Faltarán títulos, pero podemos recordarle también por Melodía de seducción (1989), dejándose atrapar por la principal sospechosa de unos asesinatos (Ellen Barkin). Bajo kilos de maquillaje y como villano en Dick Tracy (1999). Un hampón de segunda fila en Donnie Brasco (1996) a a quien el personaje de Johnny Depp utilizaba para infiltrase y reunir pruebas contra un clan de mafiosos.

Pactar con el diablo (1997) lo convertía en el mismísimo Lucifer al frente de un bufete de abogados. En Insomnio (2002) perseguía a Robin Williams, posible autor de la muerte de una joven de 17 años. O en El mercader de Venecia (2004) cumplía su deseo de encarnar al vengativo Shylock de Shakespeare.

Entre sus próximos proyectos, Righteous Kill le volverá a unirle con Robert de Niro ante las cámaras, y con Jon Avnet detrás de ellas.

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