Los trabajadores de la empresa Trataguas se han declarado en huelga de hambre. El encierro comenzó ayer a las 8:00 de la mañana, y aseguran, “llegaremos hasta el final, hasta que podamos negociar un convenio colectivo con las mejoras que nosotros solicitamos”. Lo peculiar del caso es que para no perder su trabajo, estos empleados además de estar en huelga de hambre siguen realizando sus jornadas laborales de ocho horas, con el consiguiente peligro para la salud que esto supone.

De los 27 empleados que tiene la empresa, sólo seis están de momento en huelga, los demás trabajadores “nos están dando apoyo moral y se dedican a manifestar nuestras condiciones a los medios de comunicación, pero si no conseguimos negociar con la empresa, pronto seremos más los que estemos en huelga de hambre”, explicó Manuel Martín, uno de los trabajadores de Trataguas.

Reducción de la jornada laboral y más salario

Esta empresa, dedicada al tratamiento de aguas residuales, trabaja para la Ciudad Autónoma desde 1983. Su último convenio colectivo es de 2005. Los trabajadores deben negociar un nuevo convenio antes del próximo día 31 de mayo, fecha en la que finaliza el contrato con la Ciudad Autónoma ya que una nueva empresa adjudicataria sustituirá a Trataguas.

Los empleados ven peligrar su futuro y sus condiciones laborales cuando entre la nueva empresa si el nuevo convenio no se ha firmado. Manuel Martín explicó que el nuevo convenio “podría haber estado firmado ya, pero la empresa nos ha puesto dos cláusulas abusivas que nos han impedido aceptarlo”. Los trabajadores solicitan en ese nuevo convenio colectivo: mejoras salariales, la reducción de la jornada laboral a 1.610 horas anuales y eliminar una cláusula de descuelgue, por la que aceptarían que la nueva empresa pudiera cambiar las condiciones de los trabajadores si les interesara.

Los trabajadores instan a la Ciudad Autónoma a que medie en el conflicto, ya que Trataguas les trabaja y aseguran, “pararon nuestras concentraciones cuando estábamos en campaña electoral prometiéndonos que nos ayudarían y ahora han dado marcha atrás una vez que las elecciones han pasado. Nos sentimos totalmente engañados”.

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