La degradación ha aumentado en 2005 y amenaza con dispararse: en el último año se han aprobado 768.000 nuevas viviendas, 58 campos de golf y 77 puertos deportivos o ampliaciones de éstos. A ello hay que sumar 44.900 viviendas ilegales construidas en el litoral, la recalificación de más de 22 millones de metros cuadrados para urbanizar y 88 episodios de contaminación.

Casos alarmantes

C. Valenciana: Greenpeace asegura que «la Administración autonómica ha fomentado la urbanización de la costa». Alicante tiene un 49,3% de su franja costera construido; Valencia, un 28,7%, y Castellón, un 23,5%.

Andalucía: El litoral está construido en un 59%. Sólo en Marbella hay 20.000 casas ilegales. La franja costera  malagueña está casi agotado.

Murcia: Pueden desaparecer 11 de los 19 espacios naturales protegidos.

Cataluña: La construcción en el litoral creció el doble que la población (36% la población, frente al 60,5% las viviendas) entre 1981 y 2001.

El turismo, en la cuerda floja

Greenpeace alerta de que el turismo de sol y playa está estancado. El principal motivo es la construcción excesiva, que juega en contra del propio destino turístico. En zonas como Mallorca, Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura, la Costa Brava o la Costa Dorada hay muchas más plazas de alojamiento de las que se ocupan. Tampoco atraerá a los visitantes la destrucción de los últimos espacios vírgenes en la costa, como la del cabo de Gata (Almería), y la urbanización de la segunda línea de playa, después de que la primera línea ya está enterrada en cemento.