Un estudio realizado por la profesora de la Facultad de Psicología de la Universitat de Barcelona (UB) Noemí Pereda concluye que el 17,9% de los universitarios catalanes reconocen haber sufrido abusos sexuales con contactos físico cuando eran menores de edad.

La investigación se ha realizado a partir del testimonio de 1.033 estudiantes de esta universidad y se titula 'Prevalencia y características del abuso sexual infantil en estudiantes universitarios españoles'.

Los abusos son más frecuentes entre los menores de hasta 13 años y el agresor acostumbra a ser un conocido de la víctima, siendo un familiar en el 45,7% de las mujeres agredidas y de un 23,7% en el caso de los hombres.

El porcentaje de agresores desconocidos en esta franja de edad es del 23,7% cuando se trata de un varón y del 29,3% en el caso de las mujeres.

Por sexos, la autora del estudio afirma que el porcentaje de agresores hombres es elevadísimo, "entre el 80 y el 90%" y cuando es una mujer es la agresora la víctima suele tener más de 12 años.

En cuanto al tipo de agresiones, el estudio revela que el 42,1% de las víctimas femeninas menores de 13 años sufrió penetración y el 26,7% de los hombres agredidos, también. Entre los menores con edades comprendidas entre los 13 y los 18 años, los abusos con penetración fueron del 27,3% en el caso de los varones y el 25% en el caso de las mujeres.

Difícil de detectar

Noemí Pereda destaca la dificultad de detectar los casos de abuso sexual a menores y afirma que menos del 10% de los mismos son conocidos en el momento en el que se producen. Es a partir de la adolescencia cuando las víctimas se atreven a explicarlo.

Algunas consecuencias que se aprecián de las personas que han sufrido estos abusos son las alteraciones en el área sexual de la víctima como la masturbación excesiva de los menores, el conocimiento de palabras sexuales impropias para su edad o la aparición de la promiscuidad.

Otros síntomas son los trastornos depresivos y los de estrés postraumáticos como las pesadillas o la reproducción del abuso mediante el juego.