El cerco al ruido en la calle del Orzán. El Ayuntamiento pondrá en marcha ese mes una nueva red de control de decibelios para saber en tiempo real si los cerca de 100 locales del corazón de la movida coruñesa respetan los límites de decibelios fijados por la ordenanza medioambiental de ruidos o se la saltan a la torera.

Esta iniciativa, que prepara ya la Concejalía de Medio Ambiente, obligará a los hosteleros de la zona del Orzán a instalar unos medidores especiales que estarán conectados todo el día con el Ayuntamiento y que pagarán los propios empresarios.

Los decibelios del interior de los establecimientos quedarán registrados al momento y permitirán tener un mayor control de los ruidos. Los hosteleros aplauden la iniciativa, aunque aseguran que siempre se les culpa a ellos de un problema que, dicen, "procede del botellón".

La Patrulla Verde

Los resultados, explican en Medio Ambiente, no se podrán consultar en la web municipal, porque serán de carácter interno. En cambio, en ciudades como León, donde funciona este sistema desde 2003, los datos sí se abren a los ciudadanos.

Pero no sólo las nuevas tecnologías serán un arma en la guerra al ruido. El 092, a través de la Patrulla Verde, iniciará también en abril un plan estricto de inspecciones en los pubs. "Habrá un control de todos los locales y se harán revisiones sorpresa", dicen los técnicos.

Según la normativa, los bares no pueden sobrepasar los 75 decibelios, los pubs los 80, y las discotecas los 100. Los infractores se enfrentan a multas de hasta 60.000 euros.

Los sonómetros y las inspecciones forman parte del plan de acción de la Zona Acústicamente Saturada del Orzán, donde desde agosto el Ayuntamiento no permite abrir más locales.

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