Padres del colegio público Joaquín Sorolla de Alicante me envían una profusa documentación para denunciar la existencia de cuatro contenedores de basura (para plásticos, papel, cartón y restos orgánicos), que a su juicio suponen «un peligro» para sus hijos por los desperdicios que se encuentran en su entorno, como colchones, cajas de frutas, loza o comida para gatos, «y los malos olores que desprenden» junto a los «desechos orgánicos de animales que defecan y miccionan» allí y «las heces y orines de un indigente».

Todo, en un acceso al centro, el de la calle Albacete, que diariamente usa el personal del colegio, los familiares y cientos de niños. Desde octubre de 2007, la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) pide que el Consistorio los desplace, y entregan más de 150 denuncias personales en el registro municipal. Una de las últimas, el pasado 3 de enero, «por riesgo de infección, emisión de malos olores y deficiente limpieza viaria».

Rosa Estela, presidenta del Ampa, opina, indignada: «Al Ayuntamiento parece que no le da la gana moverlos, quizás porque no somos los Maristas, cuando sobraría con trasladarlos 20 metros en la misma calle y desinfectar bien la zona». Recuerda que el técnico responsable de su ubicación se reunió con el AMPA «y se comprometió a la limpieza diaria, pero su promesa apenas duró dos días».

Salvador Crespo, director del colegio, explica que «aunque se trata de una instalación externa al centro, desde el consejo escolar y el claustro de profesores» han pedido una solución, y lo comunican «de vez en cuando al Ayuntamiento mediante notas internas».

Crespo destaca, no obstante, que «su servicio técnico siempre» les ha atendido, ha ido y ha recibido a los padres, y se queja por «la falta de civismo» del vecindario: «Educamos a los alumnos para que reciclen y todos los días se encuentran ésto (la suciedad y el hedor) en la puerta del colegio», exclama. Mariano Pastor, presidente de la asociación de vecinos de San Blas, asegura que el AMPA no les ha comunicado «nada».

El Consistorio es el responsable de la ubicación de los contenedores (art. 12 de la Ordenanza de Limpieza Pública,) y en la empresa de la recogida de basura (Inusa) dicen que no pueden cambiarlos «sin orden del Ayuntamiento». El pasado jueves, la Concejalía de Servicios aseguraba haber dado esa orden «para que los contenedores se recoloquen 15 o 20 metros más allá». Si se cumple, sólo faltaría desinfectar el área y poner una valla para que los niños no salten a la calle.

EVALUACIÓN DE LA RESPUESTA

Concejalía de Servicios: Aprobado