La asturiana Eugenia del Valle pinta cuadros para reproducir en radiadores de edición limitada.
En las viviendas, un cuadro se cuelga a 1,80 ó 2 metros. Los que pinta Eugenia del Valle van a ras de suelo y se enchufan.
Es una forma distinta de entender el arte porque no sólo está en una ubicación fuera de lo corriente, sino que tiene una utilidad práctica: sus pinturas están impresas sobre calefactores, a escaso medio metro del suelo.
La pintora, nacida en Gijón y residente en Llanera, trabaja para una empresa -Climastar- que fabrica calefactores con un material basado en el granito.
Sus cuadros, de 50x50 ó 100x50 centímetros, se imprimen con una técnica especial y en edición limitada. No hay más de cien de cada uno de los modelos y se exportan a veinte países. Cuestan, como mínimo, unos 550 euros.
«Es un cuadro a una altura no habitual y eso permite más juego visual. Además,
Su inspiración suele ser la naturaleza, pero alterna diferentes estilos en función del público yd dek formato: estampados, realismo, abstracción...
Para habitaciones infantiles usa colores vivos. Enhogares jóvenes, imágenes abstractas y dibujos en tinta china, y en los clásicos, paisajes.
Incluso los personaliza:«Ya he hecho algún encargo para hoteles y empresas que pueden encargar bastantes. Uno sólo resultaría muy caro, pero en un futuro me gustaría crear algo exclusivo», afirma
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