China y Rusia sospechan de las intenciones de EE UU con el lanzamiento de su misil

  • George W. Bush ordenó su lanzamiento para destruir un satélite espía que hacía peligrar a la Tierra.
  • Estados Unidos ha desembolsado unos 41,38 millones de euros para poder llevar a cabo esta misión.
La acción del Pentágono de destruir con un misil SM-3 un satélite espía que se precipitaba hasta la Tierra, desde el buque Lake Erie situado en el Pacífico Norte ha provocado ciertas reticencias en los gobiernos ruso y chino debido a la falta de información.

La destrucción fue ordenada por el presidente de EEUU, George W. Bush, debido a que el tanque de combustible contenía gases tóxicos (hidracina) que al chocar con la atmósfera y diseminarse puede representar un peligro para la población.

Un comunicado del Departamento de Defensa indicó que un misil SM-3 "impactó contra el satélite a aproximadamente 133 millas náuticas (246 kilómetros) sobre el Océano Pacífico, cuando el artefacto se movía a más de 27.000 kilómetros por hora".

China y Rusia dudan

China no se fía de este experimento ya que tiene serias dudas de cuáles son las verdaderas intenciones de EE UU. Por eso, "China ha pedido a los EE UU que cumpla con sus obligaciones internacionales y facilite información a la comunidad internacional de una forma oportuna y pronta, para que los países relevantes puedan tomar precauciones", dijo el portavoz de turno del Ministerio de Asuntos Exteriores, Liu Jianchao.

China ha pedido a los EE UU que cumpla con sus obligaciones internacionales

Esta destrucción del satélite espía se produce un año después de que China hiciera lo propio con uno de sus satélites meteorológicos, lo que causó una fuerte reacción de la comunidad internacional y, en especial, de Washington.

Rusia también se unió a la petición de información de China. En enero de 2007 Rusia no criticó la destrucción por China del satélite porque en ese caso se trataba de un satélite metereológico de observación. En este caso, el satélite es espía, de ahí que tenga fundadas sospechas para pedir información.

60 millones de dólares

A lo largo de las últimas semanas las autoridades habían asegurado que existían pocas posibilidades de que los restos del satélite espía cayeran sobre zonas pobladas

Para la operación, Estados Unidos ha desembolsado unos 60 millones de dólares (41,38 millones de euros) para poder llevar a cabo esta tarea, muy seguida por los medios de comunicación estadounidenses debido a la espectacularidad y la precisión requerida en la operación.

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