El Papa cree en la existencia del infierno

  • Contradice las palabras de Juan Pablo II en 1999.
  • Ratzinger asegura que "la casa de satanás existe y es eterna".
  • También ha autorizado las misas en latín.
Representación artística del infierno (Imagen: Grabado de Doré).
Representación artística del infierno (Imagen: Grabado de Doré).
Grabado de Gustavo Doré.
Representación artística del infierno (Imagen: Grabado de Doré).

El papa Benedicto XVI ha afirmado que hay que recuperar el sentido del infierno para poder así luchar contra el pluralismo moral y la modernidad que invade este mundo.

Nuestro verdadero enemigo es unirse al pecado que puede llevarnos a la quiebra de nuestra existencia

"El infierno, del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno", ha dicho el Pontífice romano. "Nuestro verdadero enemigo es unirse al pecado que puede llevarnos a la quiebra de nuestra existencia". Antes había dibujado la figura de un Dios "de justicia", y por tanto, castigador.

El Pontífice hizo estas manifestaciones durante un encuentro que mantuvo en el Vaticano con párrocos y el clero de la diócesis de Roma.

Un intento de recuperar el protagonismo perdido

En su llamada a la intolerancia con el relativismo y la laicidad, Benedicto XVI ha decidido reponer las armas del catolicismo clásico y ha asegurado que "para hacer frente a la crisis la fuerza de la Iglesia no está en el diálogo ni en la tolerancia, sino en la vuelta a los orígenes".

Se trata de recuperar el protagonismo perdido y para ello Benedicto asegura que "la proclamación de que el infierno existe y es eterno es la continuación de esa estrategia", contraponiéndose así a las directrices de su antecesor, el polaco Juan Pablo II, el cual elimino tales conceptos y desmontó la credulidad popular sobre el cielo, el purgatorio, el infierno e, incluso, el diablo.

Apuesta por volver al pasado

La decisión de Benedicto XVI de volver a poner sobre la mesa, sin matices, la idea del infierno eterno choca con ese pasado reciente. No es su primera vuelta al pasado.

También ha autorizado las misas en latín con el oficiante de espaldas a los feligreses, por citar un sólo ejemplo. Lo curioso es que hace menos de un año, el 6 de octubre de 2006, este papa mantenía el timón de Juan Pablo II haciendo público el documento de los expertos sobre la inexistencia del limbo, otra de las piezas señeras del Más Allá católico.

¿Qué es el infierno?

Etimológicamente la palabra "infierno" viene del latín "infernus", que se relaciona con "inferior" en el sentido de un lugar tradicionalmente ubicado bajo la tierra o dentro de ella; y en lo referente a la fe, según la traducción de la Enciclopedia Católica, es un lugar "oscuro, escondido y alejado de Dios".

La representación más conocida del infierno es la que Dante Alighieri imaginó en "La Divina comedia", con nueve círculos con distintos castigos en función de la gravedad del pecado cometido, muy en la línea de la visión Helénica del Hades, un infierno escondido tras la laguna Estigia.

Pero la idea de este lugar no es exclusiva de la religión cristiana, sino que otras creencias la han desarrollado: sin ir más lejos, los otros dos grandes cultos monoteístas tienen su propio Averno, el "sheol" en los inicios del judaísmo, más vinculado a la "oscuridad tras la muerte" que a un castigo por las malas acciones, mientras que en el Corán existen múltiples referencias.

Las grandes religiones y las culturas históricas

En la antigüedad también se temió al infierno: así los egipcios describían en el "Libro de los muertos" algunos rituales para salvar al difunto; existen también representaciones del juicio a los muertos en presencia de Anubis, que escoltaba las almas y las protegía de Osiris.

En las culturas precolombinas también existió el infierno: para los mayas Ah Puch era el dios de la muerte, su regente, con cabeza de calavera y el cuerpo en descomposición, muy en la línea del dios azteca de la muerte, Mictian.

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