La mujer de 52 años de edad que hoy fue supuestamente quemada por su marido en la ciudad de Ourense presenta quemaduras de segundo y tercer grado en el 27% por ciento de su cuerpo y su pronóstico es grave, aunque no crítico, según confirmaron fuentes del Complejo Hospitalario de Ourense.

Tentativa grave de homicidio

La víctima, Celia N.F., fue trasladada desde Ourense a la unidad de quemados del hospital Povisa de Vigo para atenderla de las quemaduras que presenta en cara, cuello, tórax, brazo y extremidades superiores, provocadas estas últimas cuando intentaba apagar el fuego con sus propias manos.

Según fuentes hospitalarias que la atendieron, la mujer estaba tranquila y consciente, pese a que sufre quemaduras de segundo y tercer grado. La víctima ya había denunciado en el año 2001 a su marido por malos tratos, pero en estos momentos no pesaba sobre él ninguna orden de alejamiento.

El marido, Arturo M.L., de 58 años de edad, no opuso resistencia en el momento de ser detenido y permanece en la Comisaría de Ourense a la espera de pasar mañana a disposición judicial. La Policía investiga si roció con un líquido inflamable o con un aerosol a su pareja y le imputa un delito de tentativa de homicidio.

El suceso se produjo pasadas las 9.00 horas de hoy en el número 5 de la plaza 500 del barrio ourensano de Barrocanes. Sobre las 9.24 horas, una llamada alertó a Urxencias Sanitarias 061 del suceso, por lo que se trasladó al lugar una ambulancia medicalizada para atender a Celia N.F., que fue trasladada al Complexo Hospitalario de Ourense (CHOU).

Peleas frecuentes

La mujer ingresó unos minutos antes de las 10.00 horas en Urgencias del Complejo Hospitalario de Ourense con quemaduras de segundo y tercer grado y, debido a su estado, tras hacerle las primeras curas fue trasladada a la unidad de quemados de Povisa, en Vigo.

Vecinos del barrio de Barrocanes que pidieron mantener su anonimato aseguraron que eran "habituales" las discusiones entre la pareja y relataron episodios como cuando el marido rompió a pedradas cristales de la vivienda porque la víctima no lo dejaba entrar.

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