Ni el frío ni la larga espera es un impedimento para una veintena de cordobeses que se apostaron anoche en las puertas del Consistorio para guardar cola con el fin de conseguir esa fecha deseada en 2009 para su boda civil en el Alcázar de los Reyes Cristianos.

El primero en llegar fue Rafael Reyes, un joven de 30 años que, ni corto ni perezoso, se colocó en la entrada del edificio de Capitulares a las 11.00. «He venido tan temprano porque no quiero que nadie me quite el 7 de marzo como día para casarme», recalca.

Para evitar problemas, los primeros miembros de la cola decidieron hacer un cuadrante en el que por estricto orden de llegada se apuntaban los interesados con la fecha deseada para el enlace. El frío fue uno de los aspectos que más preocupaban a los presentes.

Gema Jiménez pensaba defenderse de las bajas temperaturas de la madrugada con ropa de abrigo, una manta y un termo de café con leche.

Esta joven también tenía previsto combatir las temidas horas muertas jugando al Trivial con una amiga, que también estaba en la cola para reservar fecha.

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