En una sentencia histórica que, por primera vez en Francia, instaura el principio del "perjuicio ecológico", el Tribunal Correccional de París condenó a Total, al armador y al gestor del petrolero "Erika" y a la sociedad italiana de certificación Rina a pagar colectivamente 192 millones de euros en indemnizaciones a las víctimas de la marea negra.
"Total lamenta la decisión" del tribunal de condenarlo por lo civil y penal por "delito de contaminación", más aún dado que la corte "reconoce que la verdadera causa del naufragio" es ajena a la petrolera, indicó ésta en un comunicado.
El tribunal "establece que el estado de corrosión de las estructuras del barco ha causado su naufragio" y era el resultado de "faltas caracterizadas" de las que Total no podía estar al tanto, agregó el grupo.
Total advirtió de que, al designarlo como uno de los responsables, el veredicto podría acarrear "la confusión de responsabilidades" y, con ello, "degradar la seguridad de los transportes marítimos".
Los abogados de Total, que era dueño del petróleo transportado por el "Erika", habían indicado que recomendarían al grupo que recurriera la sentencia.
El tribunal determinó que Total pecó por "imprudencia" en su procedimiento de control y selección de barcos, recordó el grupo.
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