Martín Sarasola, uno de los presuntos etarras acusados de perpetrar el atentado contra la T-4 del aeropuerto de Barajas el 30 de diciembre de 2006, fue quien condujo la furgoneta con la bomba hasta el estacionamiento y también el responsable de la activación del artefacto.

Así lo explicó a la Guardia Civil en tres declaraciones recogidas por el diario La Razón, en las que detalla cómo fue su proceso de captación y los planes que tenía la banda terrorista ETA para atentar en Oropesa (Castellón) y en el complejo comercial Azca, de Madrid.

La idea del atentado se fraguó en una reunión en la que Sarasola estuvo junto a Txeroki, Igor Portu, Jose Antonio Aranibar y Miguel San Sebastián. En ella le dieron las indicaciones de "cómo realizar la acción, desplazarnos hasta el lugar y cómo movernos por la zona", según figura en la declaración del presunto etarra.

"Mikel, Igor y yo viajamos a Madrid en un vehículo de los miembros del comando para reconocer la zona", continúa, a la vez que reconoce que fueron Txeroki y Aranibar quienes coordinaron la operación.

Ejecución del atentado

Recogieron la furgoneta el 29 de diciembre a las ocho de la mañana en Venta Baztan (Navarra), a donde Sarasola llegó en moto con San Sebastián. Tras reunirse en el punto de encuentro con Aranibar, Martín Sarasola se puso al volante de la furgoneta y siguió a San Sebastián, mientras llevaba tras él a Portu con otro vehículo.

Al llegar a las inmediaciones del aeropuerto se puso una peluca castaña, una gorra y una máscara transparente para tapar la nariz y fue entonces "cuando conecté el mecanismo para activar el artefacto explosivo".

Aparcó entonces el vehículo en el parking y cogió un taxi hasta "una localidad cercana a la sede de Antena 3" donde cogió otro taxi que lo llevó hasta el lugar en el que se había reunido con Portu que le recogió con la moto. Ambos "nos dirigimos a otro lugar donde nos esperaba Mikel (San Sebastián)" con el otro vehículo y los tres regresaron a Lesaka.

Portu dio la voz de alarma

El encargado de dar la voz de alarma fue Igor Portu. "Igor (...) avisó a los bomberos de Madrid, al diario Gara y a DYA" desde el mismo teléfono. "Como pensaba que no le estaban haciendo caso, llamó desde una cabina para asegurarse que tuvieran en cuenta la llamada", concluye.