El oso polar Knut, que nació en Berlín el 5 de diciembre de 2006, se ha convertido, después de un año de vida, en todo un señor oso de 110 kilogramos de peso.

Para celebrar el primer aniversario del plantígrado más famoso de Alemania, el Zoo de Berlín, ha preparado un bizcocho de frutas gigante y monedas de recuerdo con la cara del oso y de su cuidador, Thomas Dörflein, célebre en la capital alemana, ya que dejó su casa y su familia durante meses para mudarse con el osezno y poder atenderlo a todas horas.

Además, entre todos los visitantes se sorteará un viaje de una semana para ver a los osos polares en Canadá, gracias a un acuerdo con la comisión de turismo de este país.

Hasta el mes de octubre, el fenómeno Knut había engordado el número de visitas del zoológico en un 20%, con dos millones de entradas vendidas en los diez primeros meses del año.

Este oso polar, aunque ya algo crecidito, sigue congregando a pequeños y mayores en largas colas, y se producen apretones y empujones en la valla para ver, dos veces al día, de cerca al animal, que tras su presentación el pasado 23 de marzo se ha convertido en una estrella mediática y comercial.

Knut, abanderado para muchos en la lucha contra el calentamiento global por pertenecer a una de las especies más amenazadas, es el primer oso polar en 33 años que sobrevive a su nacimiento en el zoo de Berlín, pese a haber sido rechazado por su madre y criarse con biberón.